Uno de los electrodomésticos más utilizados en el día a día es el lavavajillas, que se ha vuelto indispensable en la mayoría de los hogares. Con él ahorramos esfuerzo y sobre todo tiempo a la hora de lavar los platos. Pero también debemos de tener cuidado con el lavavajillas, pues se puede convertir en un foco de bacterias y otros microorganismos al estar en contacto con agua y restos de comida.
Al funcionar en un ambiente húmedo y cálido, el lavavajillas favorece la aparición de bacterias peligrosas. Es por esto que se tiene que realizar un mantenimiento adecuado del mismo, pues los restos de comida que quedan en su interior son un caldo de cultivo para microorganismos como salmonella y Escherichia coli, entre otros.
Un foco de bacterias
Si no limpiamos el lavavajillas de la manera correcta, este electrodoméstico puede ser perjudicial para nuestra salud. Los restos de comida que suelen quedarse en el mismo, en el filtro, paredes internas o juntas, pueden generar un ambiente perfecto para que aparezcan bacterias y hongos. Por tanto, aunque los utensilios de cocina puedan salir aparentemente limpios del lavavajillas, estos pueden contener microorganismos peligrosos que no sólo son invisibles a simple vista, también pueden causar enfermedades graves como las mencionadas anteriormente.
¿Cómo debemos lavar el lavavajillas?
El mantenimiento adecuado de este electrodoméstico ayuda a evitar problemas de salud y también mejora la eficiencia del mismo y prolonga su vida útil. Algunos consejos para su mantenimiento son los siguientes:
- Es esencial limpiar con frecuencia el filtro del lavavajillas, al menos una vez al mes. Se trata de una de las partes más importantes para mantener el aparato limpio y libre de residuos. El filtro retiene los restos de comida, por lo que si no se limpia de la manera adecuada pueden descomponerse y fomentar el crecimiento bacteriano.
- Para limpiar el lavavajillas una de las formas más efectivas es ponerlo a funcionar vacío, con un ciclo de alta temperatura. Se puede agregar vinagre blanco o un limpiador específico para lavavajillas que se encargue de eliminar residuos acumulados en el interior. Este ciclo eliminará la suciedad adherida a las paredes internas, las piezas y los conductos, evitando así que se acumule moho o bacterias.
- Las juntas de goma de las puertas del lavavajillas son zonas en la que se suelen acumular la suciedad y la humedad, por lo que hay que asegurarse de que queden limpias y para ello se recomienda utilizar un cepillo de dientes. Así, evitaremos que la suciedad se acumule en estas juntas de goma y conseguiremos un cierre hermético del electrodoméstico sin la acumulación de humedad y la proliferación de moho.
- Otro paso a seguir es dejar la puerta del lavavajillas ligeramente abierta después de cada uso para que el aire circule. La ventilación, además de evitar la humedad, ayuda a eliminar los malos olores.
- No se debe sobrecargar el lavavajillas, ya que hacerlo puede impedir que el agua llegue a todos los rincones del aparato y que los utensilios se limpien de la manera correcta.
- Es importante utilizar detergentes de buena calidad que, además de asegurar una limpieza más efectiva, evitarán que los residuos se acumulen en el interior.
En resumen, el lavavajillas es un electrodoméstico indispensable en muchas cocinas, pero para que siga siendo efectivo y seguro es crucial mantenerlo en buen estado. Al realizar tareas como limpiar el filtro, llevar a cabo ciclos de limpieza vacíos y ventilar el aparato después de cada uso se puede evitar la acumulación de bacterias y hongos. Un lavavajillas es ideal para una cocina limpia, segura y eficiente.
