El cierre de toda empresa es triste y complicado de digerir, sobre todo cuando hay personas que se quedan sin trabajo. Más cuando esta compañía tiene una dilatada trayectoria en su sector. Es el caso de Corrugados Getafe, que comunicó el cierre de la planta de Getafe y un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectarán a 152 empleados, según fuentes sindicales.
La empresa acerera llevaba tiempo en el foco por parte de los vecinos debido a su actividad industrial, que presuntamente había ocasionado molestias relacionadas con emisiones contaminantes además de ruidos incesantes. El pasado mes de mayo se inició el proceso de desmantelar la planta, que seguirá un calendario que ya conocen los trabajadores. Hay que recordar que previo a este ERE, Corrugados, que pertenece al Grupo Industrial CL, anunció a finales de 2022 un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) para más de la mitad de sus 200 empleados por la reducción de pedidos de acero y elevados costes energéticos.
Las consecuencias del despido de los trabajadores
El ERE por parte de Corrugados se plantea como una medida drástica para cesar la actividad tras 75 años en Getafe. Aunque los representantes de los trabajadores prefieren esperar para hablar de posibles consecuencias, no se descartaban posible traslados a otras filiales del grupo. Para aquellos que no pudieran asumir esa movilidad geográfica, Corrugados puso en marca un programa de apoyo a la transición profesional a través de agencias de empleo, tanto públicas como privadas, en Getafe como en otros municipios de la Comunidad de Madrid.
Las causas que se atribuyen al cierre: de la presión vecinal a la competencia global
En el comunicado realizado por Corrugados se destacan tres motivos por los que se ha precipitado el final de la actividad en Getafe:
- El crecimiento demográfico de la ciudad ha acercado zonas residenciales a la fábrica.
- Un marco legal más severo que prohíbe las operaciones nocturnas.
- Las estrategias arancelarias de Estados Unidos, que habrían reconfigurado el mercado del acero.
La versión es diferente desde la perspectiva de grupos vecinales y ecologistas, que consideran que Corrugados no habría invertido lo suficiente para cumplir con las normativas medioambientales, motivo que ven como “una forma de eludir responsabilidades”.
La reacción por parte de las autoridades y oportunidades laborales para los trabajadores
Desde el Ayuntamiento de Getafe se ha pedido calma a las personas, y familias, afectadas por los despidos de Corrogados mientras que esté abierta la negociación por el ERE entre sindicatos y la empresa. Desde el consistorio anunciaron la existencia de “negociaciones muy avanzadas” para implantar nuevas actividades empresariales en la zona. Además, considera este cierre como una ocasión para eliminar una importante fuente de contaminación ambiental, sobre todo en barrios como Los Molinos y Juan de la Cierva.
Por otro lado, los vecinos, en su gran mayoría, celebran el fin de una actividad que consideran nociva para su calidad de vida. Sin embargo, desde la asociación Ecologistas en Accción Getafe, se considera que la empresa lo que busca es “especular con la venta de terrenos” antes de realizar las mejores medioambientales que se le exigen para poder continuar con su actividad, pues no modernizó la planta. Por ello, la plataforma vecinal ha propuesto habilitar una franja verde para evitar futuros conflictos urbanísticos.
Con el cierre de Corrugados se pone fin a décadas de tradición acerera en Getafe y se abren nuevas incógnitas sobre el desarrollo industrial de la ciudad. Por el momento, los 152 trabajadores tienen un futuro incierto, aunque la empresa y el Ayuntamiento, cada uno en el ámbito que le corresponde, buscan alternativas para su recolocación o reorientación profesional.
