Ahorrar siempre es bienvenido y más en lo referido al combustible, que tiene unos precios elevados y pasan factura sobre todo en aquellas personas que tienes que hacer constantes desplazamientos. Para gastar menos, hasta 500 euros de ahorro, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha dado cinco claves que además ayudarán a reducir las emisiones y alargar la vida del vehículo. Entre ellas están que no es necesario la presión de los neumáticos, buena elección de los mismos, el uso del aire acondicionado, el conducir con marchas largas y anticipar frenadas y mantener velocidad constante.
Cómo ahorrar al repostar tu coche
Para ahorrar, el mantenimiento es la base, con una puesta a punto al año para mejorar el rendimiento, sobre todo cuando los coches tienen uno años. Al igual que mantener la presión correcta de los neumáticos es clave. Hay otros detalles que hacen que el consumo cambie mucho y quizás no se estaba al tanto:
- La presión de neumáticos 0,5 bares por debajo de lo recomendado hace que aumente el consumo un 2% en ciudad y un 4% en carretera.
- Neumáticos de baja resistencia a la rodadura pueden reducir el gasto hasta en un 3%.
- Uso del aire acondicionado: eleva el consumo entre un 10% y un 20%.
- Marchas largas a bajas revoluciones, que permiten reducir el gasto en todo tipo de vías.
- Anticipar frenadas y mantener velocidad constante, con lo que se evitan picos de consumo y desgaste de frenos.
Empezar por neumáticos y el mantenimiento aseguran ahorro inmediato. Como se ven, son medidas sencillas que se pueden aplicar desde ya.
La influencia de los neumáticos, presión y marchas largas
El circular con 0.5 bares menos de lo recomendado eleva el gasto un 2% en urbano y un 4% en interurbano. En viajes con mucha carga conviene ajustar la presión según indique el fabricante, algo que se puede ver en la tapa del depósito o el marco de la puerta.
También ayuda a montar neumáticos con baja resistencia a la rodadura, ya disponibles en muchas marcas, que logran hasta un 3% de ahorro. En cuanto al cambio, se recomienda conducir con la marcha más larga posible, incluso en ciudad, para reducir el consumo. Hay que evitar las marchas cortas salvo en cuestas pronunciadas.
La anticipación al tráfico y las buenas prácticas
Conducir con velocidad moderada y estable, manteniendo la distancia de seguridad, permite circular sin frenazos y con menos acelerones. En los semáforos, se debe acelerar de forma progresiva y cambiar en la zona de mejor rendimiento. Si tu coche no tiene Start / Stop apaga el motor en detenciones prolongadas. Si no se hace, se puede gastar hasta tres veces más.
Otra pauta útil es levantar el pie con bastante antelación si vemos que delante tenemos un vehículo más lento. Llegaremos por inercia, sin consumo, evitando frenar y recuperar velocidad. Este hábito, además, ahorra pastillas de freno y mejora el confort.
Equipaje, aerodinámica y climatización: pequeños gestos pero gran impacto
El aire acondicionado encendido sin necesidad aumenta el consumo entre un 10% y un 20%. Por tanto, hay que optimizarlo y, en carretera, ventanillas cerradas para no penalizar la aerodinámica. Si falta espacio, mejor cofre de techo cerrado y aerodinámico que una carga desordenada en la baca. También se debe revisar el maletero: a veces llevamos un trastero rodante, por lo que hay que quitar peso para evitar gasto.
A todo ello, añadir que antes de salir hay que consultar en la web de la DGT o cualquier app de tráfico la mejor ruta posible con la idea de evitar atascos, estar mucho tiempo en la carretera y gastar menos.
