Si te duchas una vez al día, para muchos expertos puede que no esté actuando de la manera correcta. Durante años hemos pensado que ir a la ducha de forma diaria era una muestra de higiene, pero ahora esto se pone en entredicho. Tras la crisis energética y la llegada de nuevas corrientes de pensamiento en la salud dermatológica, cada vez son más las voces que advierten que tanta limpieza puede perjudicar a la piel más que protegerla. Así, consideran que lo ideal podría ser un par de duchas a la semana.
El doctor James Hamblin, autor del libro Clean: The New Science of Skin comentó en un medio de comunicación alemán que lavarse las manos en exceso puede romper el equilibrio natural del cuerpo: “En algún momento se nos fue de las mano”. Hamblin se refiere al uso excesivo que se hace de los productos cosméticos y defiende que es suficiente limpiar con agua y usar jabón sólo en ciertas zonas, como “pies, axilas y manos”.
Para Hamblin, que dejó de ducharse durante ocho años con jabón para documentar cómo afecta a la salud de las personas el uso diario de los productos de higiene, considera que estos estos “tienen un efecto indeseado, la alteración del microbioma de la piel”. También señala como el mundo del marketing ha exagerado mucho el rol del jabón: “Vemos en anuncios y películas a personas enjabonándose como si fueran un coche en un lavadero”. Y todo esto, además del desgaste de la piel implica un alto coste medioambiental.
La barrera protectora está en peligro
La dermatóloga alemana Marion Moers-Carpi está del lado de Hamblin. Considera que muchas personas “se lavan demasiado, con demasiada aguay durante demasiado tiempo”. Entre sus pacientes, Moers-Carpi ha observado como la piel de muchos de sus pacientes se reseca más debido a un exceso de limpieza, especialmente entre aquellas personas con eccema o dermatitis atópica.
Para la experta, “la exfoliación diaria elimina los aceites naturales que protegen nuestra piel”. Esto conlleva que en vez de reforzar la salud cutánea se llegue a un círculo vicioso en el que se destruyen los lípidos esenciales, se reseca la piel y se termina dependiendo de cremas hidratantes para suplir lo que el cuerpo ya no puede generar por sí solo.
Moers-Carpi asegura que ella sólo se ducha “dos veces por semana” y que cuando lo hace usa “muy poco jabón”. Así, su recomendación para sus pacientes y en general es que se utilice un jabón sólido de calidad y evitar el uso excesivo de geles perfumados.
¿Qué pasa con el olor corporal?
De acuerdo con Hamblin, el pasar de una ducha diaria a hacerlo en menos ocasiones a la semana puede resultar incómodo al principio, porque al realizar ese cambio de rutina la persona “inicialmente huele más fuerte, pero eso se estabiliza”. Asegura que con el tiempo el cuerpo regula la producción de bacterias y grasas, alcanzando así un nuevo equilibrio.
Para el que tenga dudas, le aconseja que pregunte “a sus abuelos con qué frecuencia se lavaban. Antes sólo se bañaban una vez a la semana y no todos eran personas con mal olor”.
Por tanto, el debate sobre la higiene, en cuanto a las veces por semana en las que hay que ducharse y el uso de productos a la hora de hacerlo, sigue abierto. Lo cierto es que son muchos los expertos que coinciden en la idea de que el exceso de limpieza puede ser contraproducente para nuestra salud. Para estos, ducharse todos los días no es obligatorio y limitar el uso de jabón podría ser una decisión saludable y, al mismo tiempo, sostenible.