El desayuno, según los expertos, es la comida más importante del día. La primera ingesta se considera vital para proporcionar al cuerpo la energía necesaria para realizar las distintas actividades de la jornada, mejorando además el rendimiento físico e intelectual. Por eso, conviene encontrar la opción ideal que combine sabor, riqueza gastronómica y alimentación saludable.
En España está muy extendida la costumbre de comenzar el día con una elaboración tradicional que reúne practicidad y apenas tres ingredientes. Estamos hablando de la clásica tostada española de pan, aceite de oliva virgen extra y jamón serrano. Millones de españoles escogen esta como su primera opción en las mañanas, sin embargo, existen otras alternativas incluso más sabrosas y baratas.
La popular forma española de comer la tostada tiene también otras versiones mucho más disruptivas y novedosas. Fórmulas inesperadas y sorprendentes que, aunque puedan parecer traídas de lugares remotos, realmente provienen de la propia gastronomía de nuestro país. Además, no se trata de una moda pasajera. Esta nueva propuesta triunfa porque, según los especialistas, abarata el desayuno y mejora el sabor de este.
La redundancia del aceite
Este cambio en la receta, desafía una costumbre tremendamente arraigada en España. Lo típico en nuestro país es echar un chorrito de aceite sobre el pan en el que luego irá colocado el jamón. Pues bien, este gesto no es lo más recomendable para este desayuno.
Víctor Sanchego, experto en jamón y creador de contenido en redes sociales, ha explicado a través de uno de sus vídeos el porqué del error de echar aceite a la tostada. El joven hace el símil con «echar azúcar a una tarta de chocolate». La comparativa tiene un sustento: la grasa del jamón ibérico cuenta con más de un 60% de ácido oleico, el mismo elemento que hace tan preciado el aceite de oliva virgen extra.
De esta manera, al mezclarlos, en lugar de potenciar sus cualidades estamos colmando nuestras papilas gustativas del mismo componente y aportando en demasía. Además, el chorro extra de aceite resta matices al embutido haciendo así que se estropee la tostada y el desayuno no alcance su máximo potencial.
El experto en jamones añade que este error es aún más grave cuando se trata de jamón ibérico y aceites más intensos. Sanchego aconseja que los jamones de mayor calidad han de disfrutarse preferiblemente solos, o como mucho con un trozo de pan blanco para acompañar. Más allá de eso, cualquier cosa que ingiramos junto al jamón restará su protagonismo y la experiencia gastronómica se devaluará.
Una alternativa rompedora
Victor Sanchego, para evitar el problema del aceite, ha dado una vuelta a la elaboración clásica de la tostada en España y ha propuesto una alternativa completamente insólita y singular. Su fórmula, que está siendo todo un éxito entre aquellos que ya la han probado, sustituye el aceite por una mezcla culinaria sorprendente.
Sanchego opta por añadir a la tostada una mezcla de café solo y ralladura de piel de naranja. El creador de contenido plantea rallar ligeramente la piel del cítrico dentro del café, posteriormente untar esta mezcla en el pan y finalmente tostarlo antes de colocar el jamón encima.
Dos elementos muy interesantes ya que, el café, ejerce como un potenciador natural del jamón ibérico, realzando su aroma. Y la ralladura de naranja dota al desayuno de un toque fresco y aromático que «airea» el sabor del embutido. Con estos dos ingredientes puedes transformar la tostada tradicional en toda una experiencia gastronómica sin igual llena de matices y tonos. Finalmente, con esta modificación también se da un respiro al bolsillo. Eliminar el chorrito de aceite abarata un desayuno en el que no se renuncia a disfrutar comiendo.