Cuando las condiciones meteorológicas no son buenas, es importante, como recalca una y otra vez la Dirección General de Tráfico (DGT), mantener siempre todas las piezas del coche en buen estado. Uno de los elementos que más se suelen deteriorar son los neumáticos, sobre todo cuando el pavimento no se encuentra en las mejores condiciones. Con el fin de evitar siniestros en la carretera, desde el organismo de Tráfico se dan una serie de recomendaciones para asegurarnos de su adecuado mantenimiento.
En esas ocasiones en las que tenemos que coger el coche por alguna emergencia que nos haya surgido, cuando las condiciones del tráfico no son las mejores, es cuando más tenemos que extremar las precauciones y tener siempre a punto el vehículo. Y para ello son esenciales los neumáticos, ya que están en continuo contacto con el asfalto y, cuando se suman circunstancias adversas con frío y lluvia, requieren de mayor atención.
Consejos básicos de la DGT para unos neumáticos seguros
El otoño ya está aquí y eso quiere decir que las previsiones meteorológicas pueden cambiar de forma drástica, dando lugar a intensas precipitaciones y a una bajada importante de las temperaturas. Por ello desde la DGT se ha comenzado a difundir lo importante que es tener bajo control el mantenimiento de todas las partes de nuestro vehículo, enfocado a una especial atención a las ruedas, ya que son un elemento básico que atiende a la adherencia y todo va a depender de la apariencia que presenten para potenciar en mayor o menos medida la estabilidad del coche.
La revisión de los neumáticos en apenas dos minutos
- Para comprobar la profundidad del dibujo. Introduce una moneda de 1 euro y si el borde dorado de la moneda es visible, el dibujo es inferior a 3 milímetros y se acerca al límite legal.
- Presión (visual). Compara la deformación lateral con la rueda de repuesto, si está bien inflada. Si el neumático se ve notablemente aplastado en su base, es un signo de baja presión.
- Daños estructurales. Inspección visual completa de la banda y los flancos. Hay que buscar grietas, cortes profundos, bultos o huevos. Cualquier deformidad es motivo de revisión inmediata.
La presión del neumático, clave
Uno de los aspectos que hay que tener siempre en cuenta antes de iniciar un desplazamiento es comprobar que la presión del neumático es la correcta. Para saberlo se puede mirar qué es lo que recomienda el fabricante, cuya información suele aparecer en la puerta del conductor o en el interior de la tapa del combustible. No obstante, siempre se puede acudir al manual del propio vehículo y ver el inflado exacto del modelo.
Hay que comprobar las ranuras
Los surcos que podemos ver en la banda de rodadura son los que van a decirnos si la rueda necesita ser reemplazada de forma inminente para evitar riesgos, como por ejemplo el aquaplaning. Si queremos que nuestro coche no resbale, debemos cerciorarnos de que la profundidad de la ranura no sea inferior a 1,6 milímetros, que es el mínimo legal que se considera en Europa para circular.
Un vistazo al mes
Desde la DGT se asegura que es esencial mirar una vez al mes los neumáticos para ver el estado en el que se encuentra. Las acciones de frenado y aceleración van a depender de su efectividad.
Las cadenas o neumáticos especiales en invierno
Aunque queda para que llegue el invierno, la DGT se ha adelantado para aclarar que, dependiendo de la climatología, se necesitará personalizar los neumáticos para aumentar la seguridad. Las ruedas de invierno son obligatorias en muchos países, pero también puedes optar por otro tipo llamado todo-tiempo o 4 estaciones, ofreciendo gran agarre y resistencia.