Una de las principales medidas de la Dirección General de Tráfico (DGT) en su objetivo de reducir la siniestralidad en las carreteras de nuestro país es la presencia, cada vez más, de controles de alcoholemia. Así, el pasado 2024 hubo más de seis millones de controles en diferentes vías. A pesar del número, hay conductores que todavía no saben enfrentarse a ellos y se ponen nerviosos. No porque estén bajos los efectos del alcohol, sí porque esta situación les supera.
Tanto que muchos tienen dificultades incluso para detenerse, porque no saben si el agente les ha dicho que sigan o que paren. Por lo que hay que estar muy atentos a la señal que hacen las autoridades, porque por no obedecer la multa puede oscilar entre 200 y 500 euros, además de 6 puntos del carnet.
Obedecer a los agentes
Los expertos en Tráfico y este tipo de situaciones lo dejan claro. En los controles no hay que dar nada por hecho y siempre se debe obedecer las indicaciones de los agentes. Así, si nos encontramos en un control de velocidad, hasta llegar al mismo debemos reducir la velocidad hasta llegar a pararnos sin el agente así lo indica.
Para saber si nos han dicho que debemos parar, o seguir adelante, hay que estar atentos al gesto que haga el agente. Si no nos dice de continuar con la marcha, hay que detener el coche hasta que nos dé la orden de salirnos del carril por el que circulamos para que nos hagan las pruebas de alcoholemia.
Es importante tener en cuenta que si no se obedece a las indicaciones del agente se incurre en una sanción grave que puede sancionarse con una multa que va desde los 200 euros a los 500 euros, además de la retirada de 6 puntos del carnet de conducir. El delito podría ser mayor si se suman otra serie de agravantes, como por ejemplo que intentábamos huir del control.
Consejos para afrontar un control de la DGT
Aunque no se haya consumido alcohol o drogas, en ocasiones la situación se complica en un control de Tráfico por el motivo que sea. Para no caer en problemas, varios expertos dan sus consejos de cómo actuar para salir airoso de los mismos y uno de ellos es que lo que nunca hay que hacer es “negarse a soplar”. Parece fácil, pero no entra en la cabeza de muchos conductores aunque sepan que van a dar negativo.
Esto conllevaría la comisión de un delito, dos si se diera el caso de que el conductor ha consumido alcohol y da positivo. Así, sería sancionado por la negativa y por la conducción bajo la influencia del alcohol. El infractor pasaría de una sanción con retirada de carnet de ocho meses a una doble.
Al igual que hay que hacer caso a los agentes, también hay que estar atentos a las respuestas que se dan a determinadas preguntas que son hechas con la idea de obtener más información por parte de los agentes. Es habitual que un control de tráfico pregunten lo siguiente: “¿Sabe usted el motivo por el que se la ha parado?” Es una pregunta muy sencilla y tiene como objetivo averiguar si se ha incurrido en algún tipo de delito antes de ser parado. Si se reconoce una infracción, se estaría admitiendo ante el agente la razón por la que uno ha sido parado.
Es una situación que se repite mucho, tal y como asegura expertos abogados. Estos coinciden en que si un agente pregunta al conductor si sabe por el motivo por el que ha sido parado, la respuesta debe ser un “no sé” o directamente “no”.
