La clasificación socioeconómica ha sido siempre un tema de interés en España, un país donde la percepción de pertenencia a una clase social genera debate constante. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha definido recientemente los umbrales económicos que determinan si una persona pertenece a la clase baja, media o alta, basándose en la renta mediana del país.
En términos generales, la OCDE utiliza un enfoque que considera la renta mediana como el punto de referencia principal para definir las diferentes clases sociales. La renta mediana es el valor que divide a la población en dos mitades: una mitad gana por debajo de ese valor y la otra, por encima.
Este indicador es fundamental, ya que proporciona una visión más precisa de la distribución de los ingresos en un país, evitando las distorsiones que pueden generar los ingresos extremadamente altos o bajos.
El dinero que delimita las clases
De acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida publicada en 2022 por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la renta mediana en España se sitúa en 16.814 euros anuales. Con esta cifra en mente, la OCDE establece que una persona se considera de clase media si sus ingresos se encuentran entre el 75% y el 200% de la renta mediana. Esto se traduce en un rango que va desde los 12.610,50 euros hasta los 33.628 euros anuales.
Por lo tanto, cualquier persona con ingresos superiores a los 33.628 euros anuales en España sería considerada de clase alta, según los criterios de la OCDE. Esta cifra representa más del doble de la renta mediana y marca el umbral a partir del cual se deja de pertenecer a la clase media y se ingresa en la clase alta.
Es importante señalar que estos datos corresponden al año 2022. Desde entonces, ha habido variaciones significativas en la economía española, incluyendo un aumento del salario mínimo interprofesional. Estas fluctuaciones podrían haber afectado la renta mediana, lo que a su vez podría modificar los umbrales de las distintas clases sociales en años posteriores. Sin embargo, la referencia de la OCDE sigue siendo un punto de partida crucial para entender cómo se distribuyen los ingresos en la sociedad española.
Clase media en España
El panorama de la clase media en España es complejo. A pesar de que una parte significativa de la población se percibe a sí misma como clase media, las estadísticas y las definiciones técnicas pueden ofrecer una perspectiva diferente. Según un barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), más del 40% de los encuestados se consideran de clase media-alta, mientras que un 15,1% se identifican como clase media-baja y un 14,6% se consideran de clase baja. Estas percepciones, no obstante, no siempre coinciden con los umbrales económicos definidos por la OCDE.
La realidad económica ha planteado desafíos significativos para la clase media, no solo en España sino a nivel global. La OCDE advierte que la proporción de personas que pertenecen a la clase media ha disminuido en muchos países debido a la creciente dificultad de alcanzar los ingresos necesarios para mantener este estatus. En décadas anteriores, la mayoría de los baby boomers lograban situarse dentro de la clase media en su juventud. Sin embargo, actualmente, solo un 60% de los millennials pueden decir lo mismo.
Esta erosión de la clase media tiene consecuencias importantes. Según la OCDE, más de uno de cada cinco hogares de ingresos medios gasta más de lo que gana, lo que los hace vulnerables al endeudamiento excesivo. Esto subraya la necesidad de políticas públicas que mejoren el acceso a servicios de alta calidad y proporcionen una mejor cobertura de protección social. Entre las medidas propuestas se incluyen la promoción de viviendas asequibles y el alivio hipotecario en países con altos niveles de deuda relacionada con la vivienda.
La OCDE también sugiere aumentar la inversión en sistemas educativos y ampliar la cobertura del seguro social para trabajadores a tiempo parcial y autónomos. Estas medidas podrían ayudar a estabilizar la situación económica de la clase media y evitar su progresiva reducción.
Por tanto, para ser considerado clase alta en España según la OCDE, es necesario tener un ingreso superior a los 33.628 euros anuales. Este umbral, basado en la renta mediana del país, proporciona una herramienta útil para entender la estructura socioeconómica española y los desafíos que enfrenta la clase media en la actualidad.