Cuando se sale a tomar algo con los amigos, en el momento de pagar la cuenta siempre aparece la misma pregunta: “¿Cómo pagamos? ¿Paga uno y luego el resto le da el dinero? ¿Cada uno lo suyo?”. Es una de las escenas más cotidianas que se viven y la última opción suele ser la que más se repite. Aunque podría tener los días contados, porque ya son muchos los establecimientos, sobre todo en Málaga y Barcelona, que se han plantado: nada cobrar de uno en uno. Para los profesionales de la restauración, es “súper complicado”, sobre todo cuando aparecen grupos numerosos, entre 15 y 20 personas y cada uno tiene que sacar su tarjeta.
Todo esto genera, además de que el camarero tenga que ir de un lado para otro con el datáfono, posibles descuadres y malentendidos. Y luego, las cosas de otros grupos que están en la misma situación o quieren entrar al local.
Los motivos de los establecimientos para negarse a dividir la cuenta
El personal de los restaurantes y bares lo tiene claro: cada cobro que se hace de forma individual resta minutos a un servicio que ya va contra reloj. Más de un camarero ha vivido la misma experiencia: si un grupo grande pide fraccionar, la barra se atasca y resto de mesas se queda sin atender. La queja es común de estos profesionales: “A veces se hacen grupos de 15 o 20 personas y cada cual paga a su conveniencia”.
Además. Cuando se da la situación de que una persona adelanta la totalidad de la cuenta y luego espera que los demás le devuelvan su parte, la contabilidad del local se vuelve todo un sudoku. Entre prisas y torres de tickets, el riesgo de descuadre es real y hace poca gracia cuando se está cerrando la caja.
¿La ley está al lado de los establecimientos o estos se toman esta libertad de decidir?
Aquí no existe la letra pequeña escondida. El portavoz de la Organización de Consumidores y Usuario (OCU), Enrique García, lo resume de la siguiente manera: “No hay una ley que obligue a fraccionar o a cobrar de golpe; simplemente se aplica el sentido común”. En otras palabras, el restaurante puede decidir cómo gestionar sus cobros, siempre que lo avise con claridad antes de que el cliente se siente y pida.
Por este motivo cada vez hay más carteles en la cuenta que dicen lo siguiente: “No se divide la cuenta”. Con este mensaje se busca evitar el clásico tira y afloja, ya que si el cliente está informado, sabe a qué atenerse y nadie se lleva un susto ni pierde tiempo discutiendo derechos que no existen de ninguna forma.
La forma de evitar malentendidos al pedir la cuenta
A nadie le apetece acabar un encuentro con amigos con mal ambiente, con rifirrafe y para que esto no ocurra, hay que tener claras estas ideas:
- Mirar si el local tiene el cartel de “cuenta única” nada más entrar. Si no conviene, buscar otra opción.
- Preguntar al camarero antes de sentarse y pedir para evitar sorpresas al final.
- Calcular la parte de cada uno y hacer Bizums entre amigos.
- Es importante llevar efectivo, así no habrá que darle numerosas tarjetas al camarero.
Con estos gestos se ahorra tiempo a los trabajadores del local y, de paso, se protege el bolsillo de los clientes, pues cada uno paga lo suyo y no los excesos de los demás. Al final, la clave es la organización.