La vida cambia en todos los aspectos, también en el de las relaciones personales. En los últimos tiempos ha aparecido el divorcio gris, una modalidad que está en auge y que conlleva la decisión de separarse tomada por parejas de 50 años que han estado casadas durante varias décadas. Este fenómeno, que ha captado la atención de sociólogos y expertos en relaciones, está creciendo de forma significativa tanto en nuestro país como en otros. Así, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), de los más de 80.000 divorcios registrados en España en 2022, cerca del 33% se dieron en matrimonios que llevaban más de 20 años casados, una cifra que deja claro el aumento de este tipo de separaciones.
El origen de este divorcio gris fue acuñado por Susana Brown, profesora de sociología de la Universidad de Bowling Green. Con el mismo quería describir la ruptura de matrimonios en etapas avanzadas de la vida. Aunque estos divorcios suelen concentrarse entre los 40 y 49 años, la tasa entre los que superan los 50 años se han duplicado en las últimas décadas según se refleja en diversos estudios demográficos.
Detrás de este fenómeno se pueden encontrar diversos factores sociales, económicos y personales. Una de las razones más destacadas es la independencia económica de las mujeres en la actualidad. A diferencia de hace unas décadas, muchas mujeres mayores cuentan con ingresos propios y estabilidad financiera y esto les permite formar decisiones importantes como es la de terminar con una relación insatisfactoria.
Otro punto importante para Brown es “la mayor esperanza de vida, ya que muchas personas buscan nuevas oportunidades de felicidad incluso pasados los 50 años”. Esta etapa de la vida en la que la salud suele mantenerse estable y el tiempo libre aumenta es vista por muchos como una oportunidad para reinventarse y encontrar un propósito renovado.
Los factores que llevan al divorcio gris
Este tipo de separación suele estar impulsada por una combinación de diferentes factores, entre los que destacan los siguientes:
- Baja calidad en la relación: muchas parejas admiten haber mantenido una relación insatisfactoria durante años, priorizando a los hijos o las responsabilidades laborales. Al alcanzar la jubilación o vivir el síndrome del nido vacío estas carencias se vuelven más evidentes.
- Problemas de salud y financieros: en algunos casos las dificultades económicas o los problemas de salud contribuyen a aumentar las tensiones entre la pareja, lo que puede acabar en una separación.
- Búsqueda de autorrealización: las personas mayores de 50 años valoran más que nunca su felicidad y bienestar persona, optando por vivir los años venideros de una manera plena y significativa.
Un cambio de paradigma
La evolución de los roles de género y la mayor igualdad entre hombres y mujeres ha sido factores clave en este fenómeno. Según datos aportados por el Instituto Húngaro de Investigaciones Demográficas, las mujeres suelen ser quienes inician el proceso de divorcio en la mayoría de los casos. Esto se debe no solo a su creciente autonomía económica, también a una mayor disposición a tomar decisiones orientadas a su bienestar emocional.
Además, eventos como la jubilación permiten reflexionar sobre las relaciones y la vida futura. En muchos casos, el tiempo compartido en pareja tras el fin de la vida laboral hace que salgan a la luz conflictos o diferencias que antes estaban relegados.
El futuro tras el divorcio gris
Lejos de ser el final, el divorcio gris es visto por muchos como una oportunidad para comenzar de nuevo. Las personas que viven esta experiencia suelen destacar la importancia de mantener una mentalidad abierta y positiva, explorando nuevas actividades, amistades y proyectos.