La que no desaparecen de la actualidad nacional, de los que más preocupan desde hace muchos años y no tiene visos de solucionarse, al menos por el momento. Muy pocas comunidades se libran de ella y de sus consecuencias. Siempre hay un resquicio que sirve a personas para ocupar una vivienda y el último caso ha sucedido en Galicia, la última región de España en el que ha tenido lugar un caso mediático relacionado con una okupa.
En la ciudad de A Coruña, Pilar había encontrado un pequeño rayo de luz después de cinco años para recuperar su piso, pero por desgracia la historia no terminó con final feliz. Y es que el día que okupación ilegal es uno de los temas debía realizarse el lanzamiento, el cerrajero llegó tarde y el personal del juzgado decidió suspender el desalojo. Ver para creer.
La inquilina decide ocupar el piso
Los males para Pilar se inician cuando esta vecina coruñesa se da cuenta de que la inquilina a la que tiene alquilada la vivienda decide okuparla. Desde ese momento, la lucha por recuperar su casa ha sido dura, con mucha angustia, ansiedad y frustración. Las cosas se pusieron muy cuesta arriba, pero tras cinco años recurriendo a la justicia, el lanzamiento tuvo fecha y hora.
Todo parecía volver a la normalidad, pero un pequeño detalle echó todo el trabajo realizado por la borda. El cerrajero encargado no apareció cuando debía y el personal del juzgado que estaba encargado de supervisar el lanzamiento decidió suspender el desalojo. El cerrajero llegó unos minutos más tarde de lo previsto, pero los funcionarios ya no estaban y Pilar no se podía creer lo que estaba presenciando.
La puntualidad, el factor clave
En 2019 arrancó la historia, cuando Pilar alquiló la vivienda a otra mujer, con una hija de 11 años. Un año después falleció el marido de Pilar y entonces su inquilina dejó de pagar. Arrancó entonces la batalla legal que tenía una fecha y hora de fin, pero los seis minutos de retraso que tuvo el cerrajero dejaron sin el final esperado a la dueña de la propiedad. Ese error de puntualidad, seis minutos, provocó que se suspendiera el alzamiento ya que los funcionarios se marcharon del lugar.
En ese instante, incrédula, Pilar sufrió una crisis de ansiedad por la que tuvo que ser atendida por especialistas y de la que no hubo que lamentar males mayores. El problema al que se enfrenta ahora esta mujer de A Coruña es que el juzgado encuentre una nueva fecha para realizar el alzamiento y que el mismo se lleve a cabo sin problemas.
De toda esta historia, Pilar ha sacado una conclusión clara: no volverá a alquilar su propiedad.
¿Qué ocurrirá ahora con esta casa okupada?
Pilar, pensionistas, ha visto como, además de tener okupada su casa, las administraciones han llegado a embargarle parte de su pensión para pagar los recibos de agua o de luz precisamente de la mujer que vive en su piso y que llegó a declararse vulnerable. Su okupa acumula una deuda por impago durante estos cinco años que rondan los 30.000 euros.
A partir de hora, Pilar tendrá que volver a esperar una nueva fecha por parte del juzgado de la ciudad de A Coruña. Sus abogados creen que esto podría demorarse, después de cinco años, otros dos y medio más, algo que la defensa de esta mujer asegura que no le había pasado nunca en todos sus años de carrera profesional, según las declaraciones realizadas en diferentes medios de comunicación locales.
