Entre las cosas que están instauradas en la sociedad se encuentra el cambio de hora, momento en el que millones de españoles adelantan o retrasan sus relojes en dos fechas clave: en los meses de marzo y octubre. Por tanto, la última vez que se hizo fue en marzo, concretamente el día 30, domingo, y la próxima el 26 de octubre, también domingo. Esa noche, a las 03:00 de la madrugada, los relojes deberán atrasarse una hora, volviendo a marcar las 02:00. De esta forma se dará el inicio al horario de invierno, con jornadas más cortas y menos luz natural por las tardes.
Con este ajuste, se conseguirá también recuperar la hora de sueño que se perdió por el cambio de verano, el de marzo. En esa fecha los relojes se adelantaron una hora para aprovechar mejor la luz del día en primavera y verano.
¿Por qué se sigue aplicando el cambio de hora?
A pesar de que desde 2018 se propuso desde el Parlamento Europeo eliminar el cambio estacional, los países miembros de la Unión Europea no consiguieron alcanzar el consenso sobre si conservar el horario de invierno o el de verano. Por este motivo, hasta la fecha, nuestro país sigue aplicando dos cambios horarios al año, como parte de su compromiso con la normativa europea vigente.
De acuerdo con la Comisión Europea, esta medida buscaba, en su momento el ahorro de energía. Diversos estudios recientes, como el del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, ponen en duda esta efectividad. A pesar de ello, el Ejecutivo español decidió mantenerlo “hasta nuevo aviso” y publicó un cronograma con las fechas previstas hasta 2026.
Las consecuencias para el día a día
El horario de invierno suele ser percibido como el más natural, ya que sincroniza mejor la luz del día como el ritmo biológico. Sin embargo, para mucho supone jornadas más cortas, con menos luz a la hora de salir del trabajo o la escuela y esto afecta sobre todo a sectores como el turismo y el comercio minorista.
Por estos y otros motivos siempre está presente el debate sobre su eliminación, pero por el momento seguirá. La recomendación de las autoridades es ajustar los relojes manuales, revistar las programaciones automáticas y prepararse para el impacto en el sueño durante los primeros días.
Europa pide el fin del cambio de hora
Algunas entidades, como por ejemplo la Sociedad Española del Sueño, ha advertido en más de una ocasión de los efectos negativos que produce el cambio de hora sobre las personas. Algunas experimentan irritabilidad, falta de concentración, bajo rendimiento laboral e insomnio tras el cambio horario. Pero, además, también se relaciona el cambio de hora con enfermedades como la obesidad, la diabetes, infartos, ictus, depresión y ansiedad.
Así, en septiembre de 2018, la Comisión Europea expresó su preocupación y planteó la posibilidad de poner fin al cambio horario. En un inicio, la fecha propuesta fue 2019, después 2021, pero nunca se hizo efectiva por la falta de acuerdo entre los estados miembros de la UE. No ayudó tampoco que muchos expertos consideraran que el ahorro energético sería ínfimo.
La fecha propuesta por el BOE para el fin del cambio de hora
El 20 de marzo de 2019 el Gobierno español creó una comisión de expertos para discutir acerca del cambio de hora. La conclusión fue que no era aconsejable decidir sobre esta cuestión al no existir “un consenso compartido”.
Por tanto, todavía no hay un día oficial para poner fin al cambio de hora, pero el artículo 5 del Real Decreto 236/2002 especifica que se debe publicar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un calendario concreto que recoja la modificación del horario y las próximas fechas son:
- 26 de octubre de 2025, domingo.
- 29 de marzo de 2026, domingo.
- 25 de octubre de 2026, domingo.
Por tanto, en base a este calendario, el último cambio de hora en España será el 25 de octubre de 2026, pero no es algo que sea definitivo.