El engaño está a la orden del día en nuestra sociedad. Los avances tecnológicos han traído grandes beneficios, pero también han generado problemas porque las tácticas utilizadas por los delincuentes en la red también han cambiado, dando un paso adelante y en muchos casos difícilmente identificables. En la actualidad, el timo telefónico se ha convertido en una de las principales modalidades de estafa en nuestro país, pero hay otras muchas como las que se producen mediante correos electrónicos o mensajes de texto que aparentan ser de instituciones oficiales. Como se ve, opciones muy diversas las que se utilizan para burlas los sistemas de seguridad.
Una de las formas más comunes entre las estafas telefónicas son las llamadas automáticas, conocidas también como robollamadas. Esta modalidad de fraude ha crecido de manera notable durante los últimos años como consecuencia de los sistemas de marcación. Se trata de llamadas generadas por un software que marca miles de números al azar a la espera de una persona que conteste al otro lado. Una vez descolgado teléfono, pronunciado un ‘sí’ o un ‘hola’, el sistema lo interpreta como un contacto válido y comienza registrar esa información. Por tanto, de acuerdo a las recomendaciones de las autoridades, lo mejor es no responder a números desconocidos.
Las autoridades advierten sobre este timo
Una de las preocupaciones más grandes respecto a este tipo de llamadas es que no conllevan, en muchas ocasiones, un robo inmediato de datos bancarios de la persona que contesta. Las robollamadas son utilizadas para saber si el número está activo y esto abre la puerta a futuras llamadas comerciales, lo que suele ser muy molesto para el propietario del móvil. En determinados casos, lo que se busca también es que el receptor de la llamada la devuelva, generando así cargos económicos en su factura.
Es importante saber que en numerosas ocasiones el número de teléfono tiene un prefijo internacional que parece legítimo, lo que da una falsa seguridad al receptor para atender la llamada. El riesgo aquí es que se devuelva la misma y el coste que se genera porque la tarifa sea elevad. Por ello, la Policía Nacional ha advertido en varias ocasiones sobre este tipo de fraudes, subrayando que los delincuentes utilizan máquinas automatizadas para marcar números al azar y establecer contactos con los usuarios.
En muchas ocasiones, en el momento en el que se contesta, la llamada es transferida a un operador que intenta vender un tipo de producto o servicio. Es en dicho instante cuando los delincuentes pueden empezar a pedir información personal y en determinados casos, cuando se graba la conversación, pueden utilizar la voz para autorizar compras.
También por SMS y correo electrónico
No sólo las estafas llegan por llamadas telefónicas, pues también son comunes las digitales: por mensaje de texto y correo electrónico. Los ciberdelincuentes suplantan la identidad de instituciones oficiales, como la Agencia Tributaria o la Seguridad Social, para engañar a los usuario y hacer que estos proporcionen información sensible.
Un ejemplo de este tipo de fraude ha estado relacionado con la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Durante la crisis por la DANA, en varias comunidades autónomas, los delincuentes se hicieron pasar por AEMET y enviaron mensajes de texto (SMS) con enlaces falsos para robar los datos de los usuarios. Como posteriormente dijo AEMET, nunca envía alertas meteorológicas a través de SMS. El objetivo era aprovechar la situación de alarma y crear un ambiente de urgencia, conseguir el clic en el enlace y así la instalación del malware o el robo de datos personales.
En definitiva, nunca se deben compartir los datos personales o bancarios por teléfono y siempre es mejor cortar cualquier comunicación sospechosa y contactar directamente con las autoridades o entidades implicadas. Además, inscribirse en la Lista Robinson y activar bloqueos para llamadas comerciales son medidas eficaces para reducir el riesgo de ser víctima de estas estafas que son cada vez más habituales.