En los libros se suelen encontrar soluciones a muchas dudas que se nos presentan en el día a día, da igual el ámbito. Y muchas veces, estas quedan resueltas. Es lo que le ocurrió a Teresa Andújar, Health Coach, con La alimentación y las emociones de Montse Bradford. Le ayudó a comprender por qué se quiere comer algo tan concreto como chocolate en determinados momentos, porque los “apegos alimenticios”. Y es porque una parte del cuerpo, la emocional, pide algo concreto y con este alimento tendremos el efecto buscado. La relación emoción-alimento.
Los motivos que llevan a comer algo concreto
Andújar aseguró que el libro le vino bien para saber más sobre los apegos alimenticios que se generan en las personas y que hacen que en determinados momentos se quiera comer algo concreto, como por ejemplo chocolate, frutos secos o embutido. Ella buscaba entender la expresión ‘es que el cuerpo me lo pide’.
La experta en salud se pregunta qué cuerpo es el que pide esos alimentos ya que “no sólo somos un cuerpo físico, el que vemos. En realidad somos mucho más que eso, somos el conjunto de un cuerpo físico, emocional y mental”. Por tanto, “cuando el cuerpo pide, hay que aprender a diferenciar cuál lo hace: el físico (estómago), el emocional (corazón) o el mental (cerebro)”.
De acuerdo con Andújar, cuando una persona tiene hambre “es el cuerpo físico el que pide, pero éste no te pide algo concreto” por lo que se puede alimentar de cualquier cosa, por ejemplo una ensalada, y parecerle “un manjar de dioses, lo que necesita es alimento físico y punto”.
Sin embargo, el cuerpo emocional “ruge” y Andújar tiene claro que “eso no es hambre”, es lo que considera “apego alimenticio y sabiendo que comiendo eso en concreto tendremos un efecto, una reacción que es lo que en realidad se busca”. Para ella “desde recién nacidos nos enseñan a conectar los alimentos con las emociones” y la prueba está en que cuando un bebé llora se dice que “tiene hambre y como de pequeños no nos han enseñado a escuchar, a comunicarnos o a comprender a nuestro cuerpo emocional, tenemos que hacerlo de mayores”, algo que cuesta “más porque ya tenemos una armadura emocional, pero se puede”.
En cuanto “al misterioso y fascinante cuerpo mental” se lo imagina como “un ordenador que nos ayuda a vivir y nos protege” y solo se le puede alimentar a través del “pensamiento, el diálogo positivo y el agradecimiento”.
La situación ideal
La combinación perfecta sería que los tres cuerpos trabajasen “en armonía para un mismo fin” ya que si los cada uno de los tres desea cosas distintas “mi cabeza comida saludable, mi corazón el apego que calme su ansiedad y mi cuerpo lo que me eche, solo se conseguirá el caos y la confusión”. La solución es trabajar “como un equipo, algo así como el Dream Team”.
Teresa Andújar dice que estamos ante “un camino de vida que empieza cuando te sientes preparado para conectar con la persona tan fascinante que eres a todos los niveles”. Para alcanzar este estado es importante “escuchar a esa coz interior que durante mucho tiempo hemos callado a base de comida o malos hábitos por falta de tiempo, valor o de ilusión, pero que está ahí”. Por ello anima a no rendirse nunca, aunque “a veces nos cansamos creyendo que nunca podemos llegar a nuestra meta, pero con paciencia, ansias por saber y autoconocimiento se puede”, asegura la profesional de la salud.
