En la dinámica y evolución de nuestro planeta, el núcleo de la Tierra juega un papel fundamental. Compuesto en su mayoría por hierro y níquel, el núcleo es lo que genera el campo magnético terrestre, una fuerza invisible que nos protege de las radiaciones solares y cósmicas. Además, su actividad también tiene una gran influencia en fenómenos como son los movimientos tectónicos, los volcanes y los terremotos.
A pesar de su relevancia, cuando nos referimos al núcleo de la Tierra lo hacemos sobre algo que sigue siendo, en parte, un misterio ya que, entre otros motivos, no es accesible de manera directa. De hecho, su estudio depende de observaciones indirectas a través de las ondas sísmicas. A día de hoy, los estudios e investigaciones que se han llevado a cabo y se siguen realizando desvelan secretos. Algunos de ellos dejan claro que el núcleo podría ser complejo de lo que se pensaba en un principio.
Estructura oculta en el núcleo de la Tierra
Una de esas investigaciones es la que realizó la Universidad Nacional de Australia. En la misma se logró identificar indicios que permiten pensar en la presencia de una estructura oculta en el núcleo de la Tierra. Esto conllevaría un cambio en el pensamiento que había hasta la fecha en cuanto a la composición interna del planeta. La ideal actual sobre el núcleo es que se trata de una única capa sólida, compuesta en gran parte por hierro y níquel. Los recientes descubrimientos consideran que en realidad existe, al menos, una subestructura adicional.
A lo largo de la historia se ha creído que la Tierra estaba dividida en cuatro grandes capas, que son las siguientes: corteza, manto, núcleo externo y núcleo interno. Pero tras este estudio de la Universidad Nacional de Australia se apunta que son cinco. En el centro del núcleo interno estaría una capa adicional con un diámetro que rondaría los 650 kilómetros.
Aunque se ha demostrado con este estudio reciente, la teoría de un núcleo dentro del núcleo interno ya existía anteriormente, solo que los científicos de la ANU han conseguido descifrar el enigma. «La existencia de una bola metálica interna dentro del núcleo interno, el núcleo interno más interno, se planteó hace unos 20 años. Ahora proporcionamos otra línea de evidencia para probar la hipótesis», declaró el doctor Thanh-Son Phạm, investigador de la ANU.
¿Qué se ha descubierto?
Los avances han sido posibles gracias a los datos recopilados de ondas sísmicas, que fueron analizados con algoritmos avanzados para poder comparar modelos del interior terrestre. Las ondas, cuando se desplazaban a través del núcleo, mostraron comportamientos inesperados. Lo hicieron significativamente en un ángulo de 54 grados, lo que indicaba que la estructura del núcleo podía ser más compleja de lo que se pensaba.
El estudio del centro universitario australiano sugiere que el núcleo interno experimentó diferentes fases de enfriamiento y eso provocó variaciones en la alineación de los cristales de hierro. Tras estos resultados, los investigadores señalaron que los mismos son prometedores pero que será necesario obtener más datos para corroborar de manera completa esta hipótesis. No se pudo conseguir esta confirmación por las limitaciones en la distribución de los sensores sísmicos, especialmente en regiones polares que complican la recolección de información detallada.
Las novedades obtenidas tras estos estudios están ayudando a resolver algunas de las inconsistencias detectadas en las investigaciones anteriores sobre la estructura del núcleo terrestre. Hasta el momento, estos aspectos no se habían explorado con la profundidad necesaria. Pero estos obstáculos no han sido problema para conseguir una nueva perspectiva sobre la evolución del planeta y su composición interna.
Este descubrimiento conlleva un gran avance en el campo de la sismología y la geofísica, ya que proporciona una nueva forma de tomar medidas y muestras del núcleo interno de la Tierra. Al poder comprender mejor las propiedades y la composición de esta nueva capa, los científicos podrán hacer predicciones más precisas sobre el comportamiento geodinámico del planeta.