Cuando hablamos del atún lo hacemos de uno de los alimentos más apreciados en todo el mundo, conocido por su versatilidad y su grandes beneficios nutricionales. Pero también hay que reconocer que no todo lo que envuelve al atún es positivo, también conlleva preocupaciones en el ámbito de la seguridad alimentaria. Especialmente en su relación con el mercurio, un metal pesado que puede tener efectos nocivos en nuestra salud.
El mercurio en el atún
El mercurio es un contaminante ambienta que llega a los océanos y por tanto a las especies que lo habitan. Y a través de ellos es cuando puede acabar en las personas, por el consumo del pescado contaminado. El atún, por su tamaño y longevidad, es uno de los pescados que puede contener niveles significativos de mercurio y esto es lo que ha provocado que muchas personas se cuestionen la seguridad de consumirlo. Lo hacen sobre todo cuando lo tienen que ingerir niños o mujeres embarazadas, ambos grupos muy susceptibles a sus efectos tóxicos.
La importancia de la información de las etiquetas
Leticia Zoé, nutricionista, compartió recientemente en sus redes sociales un importante consejo para ayudar a los consumidores a disfrutar del atún eliminando los riesgos que se asocian al mercurio.
De acuerdo con Zoé, el primer paso para evitar el mercurio en las latas de atún es prestar atención a las etiquetas. Esta nutricionista señaló que no todos los atunes son iguales y que la clave radica en conocer la especie que se está comprando.
¿Qué atún estamos comprando?
En los supermercados es común encontrar dos tipos de atún, el que está etiquetado como tal y el otro que se hace como ‘atún claro’. La diferencia entre estos dos tipos es fundamental. El atún tal cual se refiere a la especie Katsuwonus pelamis, conocida como atún listado. Este tipo de atún tiene un ciclo de vida más corto, lo que significa que acumula menos mercurio en su organismo. El ‘claro’ proviene de la especie Thunnus albacares o Yellowfin, que vive más tiempo y por tanto tiende a acumular mayores niveles de mercurio.
Consejos para los consumidores
La recomendación de Zoé es muy sencilla, pero también muy efectiva: al elegir atún enlatado es fundamental leer las etiquetas muy bien. Los consumidores deben buscar la información sobre la especie y optar por la que simplemente diga ‘atún’. Esta elección puede ayudar a reducir la exposición al mercurio sin sacrificar los beneficios naturales del pescado.
Además de revisar las etiquetas, la nutricionista sugiere que los consumidores se familiaricen con los productos de las marcas que eligen. Algunas pueden ofrecer información en sus sitios web sobre la procedencia de los mismos y los niveles de mercurio que contienen. Esta transparencia pueda ayudar a los consumidores a tomar decisiones más informadas y seguras.
Los beneficios para la dieta
A pesar de que existen muchas preocupaciones sobre el mercurio en el atún, este sigue siendo una excelente fuente de nutrientes. Es rico en proteínas de alta calidad y ácidos grasos omega-3, esenciales para la salud cardiovascular y el desarrollo cognitivo. Así, incluir el atún en una dieta equilibrada puede ser beneficioso siempre y cuando se haga de manera informada.
Del atún también podemos destacar que es un alimento práctico y accesible. Su larga vida y facilidad de preparación lo convierten en una opción ideal a la hora de elegir comidas rápidas y nutritivas.
Letizia Zoé dio una guía valiosa para todos aquellos que deseen disfrutar del atún sin tener que preocuparse por el mercurio. Al elegir correctamente especies de atún enlatado y prestar atención a las etiquetas, los consumidores pueden hacerlo de forma segura.
