Cuando llegan los meses más cálidos, las cerezas ganan protagonismo. Hablamos de una fruta de las más delicadas, con una piel fina y jugosa pero que es vulnerable a la humedad y al deterioro, que repercute de manera importante sobre su tiempo de conservación.
Para poder disfrutar de las cerezas por mucho más tiempo, sin que la humedad les pase factura, son muchos los expertos que recomiendan una serie de trucos y métodos de conservación que hacen que su vida útil se alargue.
¿Cuál es la forma correcta de conservar las cerezas?
Lo primero que hace mucha gente, antes de guardarlas, es lavar las cerezas y esto está calificado por los expertos como un gran error. Todo porque la humedad residual de la fruta favorece la proliferación de moho y acelera su deterioro. Por tanto, lo ideal es guardarlas sin que sean lavadas y sólo enjuagarlas justo antes de comer.
También es importante la temperatura. Las cerezas tiene que mantenerse refrigeradas, pero sin que estén expuestas a un frío extremo. La mejor forma de conservarlas es colocarlas en el cajón de las verduras del frigorífico, lugar en el que la temperatura es más estable.
A todo esto, añadir que es recomendable guardarlas en un recipiente con tapa o en una bolsa de plástico perforada. Así se evita la pérdida de humedad sin que se acumulen excesos que puedan acelerar su descomposición. Sin olvidarlos de que no se deben apilar las cerezas ni colocar peso sobre ellas, pues se pueden dañar con facilidad debido a su piel delicada.
La mejor opción para conservarlas
Si lo que se busca es una alternativa a la refrigeración, una de las técnicas más efectivas para conseguirlo es el sellado en frascos de vidrio. Esto permite mantener las cerezas en perfecto estado sin necesidad de que estén en la nevera. Se trata de un método que es utilizado habitualmente para conservar alimentos, con el que se evita la exposición al aire y a la humedad, que son dos de los factores que más afectan a su frescura.
Para conseguirlo hay que seguir una serie de pasos:
- Hay que lavar las cerezas con agua fría y quitar el hueso con un utensilio adecuado para que no se rompan.
- Se debe preparar una jarabe simple con dos tazas de azúcar y cuatro de agua que se debe calentar hasta que el azúcar se disuelva por completo.
- Hay que esterilizar los frascos de vidrio y basta con sumergirlos en agua hirviendo durante unos minutos y dejándolos enfriar a temperatura ambiente.
- Llenar estos frascos con las cerezas y verter el jarabe caliente, sin llegar al borde y dejando un pequeño espacio de 1,5 centímetros aproximadamente.
- Cerrar los frasco y bañarlos en calor, a unos 80º, durante un cuarto de hora.
Con estos pasos nos aseguramos de que las cerezas se mantengan frescas durante más tiempo, sin la necesidad de tener que meterlas en la nevera y no perderán su sabor.
Otros consejos para una correcta conservación de las cerezas
Además del visto anteriormente, hay otra serie de consejos que se pueden tener en cuenta para que las cerezas aguante en buen estado durante mucho más tiempo y se mantenga su sabor.
- Se debe evitar que estén en contacto directo con el sol, pues el calor acelera su maduración y hace que se pongan malas antes de tiempo. Lo ideal es guardarlas en un lugar fresco y oscuro si no se van a meter en la nevera.
- Hay que intentar no meter las cerezas ya maduras con las que todavía no lo están, porque las cerezas maduran emiten gas etileno, lo que puede acelerar la maduración de los demás y pueden estropearse antes.
- Elegir bien a la hora de comprar. Las cerezas más frescas tiene un color rojo brillante y rabillos verdes. Esto indica que no han comenzado a deteriorarse.
