El pasado 2 de abril arrancó la campañas de la Declaración de la Renta y es importante estar atento a lo que vamos a declarar, a la formalización de la misma, puesto que cualquier fallo puede hacer que Hacienda imponga algunas multas. Hay una gran cantidad de impuestos que se deben satisfacer y para ello desde la Agencia Tributaria se llevan años reforzando los mecanismos de control para detectar el fraude fiscal y asegurar que todos los contribuyentes cumplen con las obligaciones tributarias.
A pesar del del control, todavía hay personas que, por desconocimiento o con intención, no declaran ciertos ingresos y esto puede conllevar sanciones que en determinados casos pueden ser muy elevadas. Desde Hacienda dejan claro que cualquier actividad económica tiene que estar tributada y en el momento que se detecta una irregularidad, aplica sanciones proporcionales a la gravedad del caso. Así, dependiendo del nivel de ocultación y la intención de fraude, las multas pueden ser incluso del 150% del IRPF dejado de pagar, por ejemplo.
Las multas que pueden caer por no declarar ingresos
De acuerdo a la Ley 58/2003, se establecen diferentes niveles de sanciones según el fraude cometido. Hacienda distingue entre tres:
- Si un contribuyente omite la declaración de ingresos sin indicios de ocultación ni fraude, el castigo será del 50% del IRPF no pagado.
- Si existe una ocultación intencionada de los ingresos, como el uso de facturas falsas o pagos en efectivo que no han sido declarados, la sanción va desde el 50% al 100% de la cantidad defraudada.
- En los casos de fraude grave y reiterado, con sociedades ficticias u otros mecanismos para evadir impuestos, la multa puede alcanzar el 150% del IRPF no declarado.
Este tipo de penalizaciones pueden convertir una deuda fiscal en una cantidad desorbitada, pues además del impuesto que se adeuda habría que pagar la multa y los intereses de demora.
Las sanciones millonarias
Hacienda tiene identificados ciertos escenarios en los que es más habitual el fraude fiscal y, por tanto, su control es mucho más exhaustivo. Entre ellas, las más comunes son:
- Trabajadores que reciben parte de su salario en negro. Hay empleados que cobran su sueldo de manera parcial en efectivo y no lo declaran. Lo suelen hacer en concepto de horas extras, comisiones o vacaciones no disfrutadas.
- Autónomos que emiten facturas sin declararlas, lo que se conoce como cobrar en B.
- Contratación de empleados sin darlos de alta en la Seguridad Social. Se da sobre todo en el servicio doméstico y en sectores como la hostelería o la construcción.
- Ingresos adicionales no declarados por cualquier actividad económica, como puede ser dar clases particulares, alquilar una vivienda o vender productos online sin tributar.
¿Cómo consigue detectar Hacienda las irregularidades?
Son diversos los mecanismos con los que cuenta la Agencia Tributaria para detectar el fraude fiscal, tales como las inspecciones aleatorias o el cruce de datos con otras administraciones. Algunas de las formas con las que se pueden descubrir ingresos no declarados son:
- Control de cuentas bancarias y transferencias. Si hay movimientos de dinero sospechosos desde Hacienda se puede iniciar una investigación.
- Inspecciones y denuncias. Si un trabajador o cliente denuncia pagos en negro, otro motivo para iniciar la investigación.
- Cruzado de datos con la Seguridad Social y si hay diferencias entre ingresos declarados y los datos de cotización, objeto de investigación.
- Uso de herramientas tecnológicas y Big Data, analizando patrones de comportamiento para detectar posibles fraudes.
En definitiva, para evitar problemas, lo más recomendable es cumplir con las obligaciones fiscales y, en caso de duda, consultar con un asesor especializado.