Con la llegada del verano llega una de las peores pesadillas de muchas personas: los mosquitos. Estos insectos pequeños, muy molestos y que parecen estar más activos a la hora de dormirnos, nos llenan año tras año de picaduras. Y tú, sufridor incansable de los mosquitos, seguro que has escuchado infinidad de veces a tu abuela o a tu madre decirte que te pican porque “tienes la sangre dulce” o, en su defecto, que es porque eres diabético, así que la ciencia se propuso descubrir qué motivaba a estos molestos bichos a tener una predilección especial por ciertas personas y, efectivamente, el grupo sanguíneo es fundamental, así que te dejamos por aquí información que te será de mucha utilidad a la hora de prevenirlas:
El tipo de sangre influye
No, no era un mito eso de que tu tipo de sangre influye a la hora de recibir más o menos picaduras. Ahora lo sabemos de fijo: el grupo sanguíneo es clave. El médico Scott Brausntein, el cual lleva años investigando y advirtiendo del numeroso crecimiento de enfermedades transmitidas por estos insectos tanto por el aumento de la población en el mundo, como por el cambio climático de todas ellas.
Lo sé, te preguntarás cuál es el grupo sanguíneo que más atrayente le resulta a los mosquitos. Las personas con sangre Tipo O son las favoritas de los mosquitos mientras que, por contra, las que tienen sangre del Grupo A son las que menos atractivas les resultan, lo que equivale a un riesgo bastante inferior a recibir sus picaduras -que no nula-. Brausntein explica también que el olor de nuestro cuerpo, la sudoración y el dióxido de carbono son también clave a la hora de sufrirlas.
Provocan alrededor de unas 700.000 muertes al año
Si bien es cierto que en España las picaduras de mosquito por norma general no suelen traducirse en muerte, sí que se trata de uno de los mayores riesgos para el bienestar de la salud en el mundo. El mosquito, que es un animal capaz de transmitir muchas enfermedades, es directamente responsable de más de 700.000 muertes al año según la OMS (Organización Mundial de la Salud). Entre los síntomas más habituales se encuentran la fiebre amarilla, el dengue o el paludismo.
En algunos territorios dichas picaduras conllevan más peligro que en otros, como es el caso de Estados Unidos, donde hay insectos que son portadores de graves enfermedades como el virus del Nilo Occidental, malaria, dengue, o encefalitis víricas, algo que ha puesto en alerta sobre la expansión de los mosquitos portadores de las mismas.
Cuándo debes acudir a un médico
Es importante prestar atención a las picaduras, pero tampoco te vuelvas loco. En España por norma general las picaduras resultan ser leves que no pasan de más que de un picor insistente y molesto, aunque hay casos excepcionales en los que puede provocar casos de gravedad. Scott Braunstein asegura que alrededor de un 25% de las personas presentan síntomas compatibles con la visita al médico, como es el caso del dolor de cuerpo, dolor de cabeza, fiebre, mareos, rigidez en el cuello o dificultad para respirar. En dichos casos es vital acudir a urgencias, pues son un claro signo de que una infección ha logrado llegar al sistema nervioso central, por lo que es recomendable prestar atención a los cambios que se produzcan en tu cuerpo tras recibir una picadura.
¿Cómo reducir el riesgo de sufrir picaduras de mosquitos?
Hay plantas domésticas que ayudan a nuestro propósito, sobre todo aquellas con un fuerte olor como la lavanda, la citronela, el romero o la menta. Y, para evitar sufrir las picaduras fuera de casa, es vital evitar salir a zonas o en horas como el amanecer o el anochecer. Como no siempre es posible, optar por el uso de prendas de manga larga, ropa de colores claros o repelentes se convertirán en nuestros mejores aliados para lidiar con los mosquitos y proteger nuestra salud.
Por supuesto, en un mundo en constante evolución, también existen diversos productos que nos ayudarán en nuestro cometido. Es el caso de los artículos con DEET, un ingrediente activo que nos dará una mayor protección frente a los repelentes naturales, aunque no se recomienda el uso del más del 30% en menores de edad y no recomendado en bebés de menos de dos meses de edad.