Es algo que hacemos todos y es un gesto que no aparenta acarrear problemas, pero todo lo contrario. Si estás, por ejemplo, en la Puerta del Sol en Madrid y de repente te aparece una red WiFi que te puede solucionar un problema, te conectas. Pero ojo, esto puede conllevar un serio problema económico. Mientras que navegas tan tranquilo, subes una foto o buscas información, algún ciberdelincuente podría estar accediendo, sin que te descuenta, a la tus cuentas bancarias. Por tanto, una jornada tranquila, de disfrute, puede acabar con una visita a una comisaría porque te han robado y no sabes quién ha sido.
El problema de las redes abiertas
Se considera que las redes abiertas son un gesto de amabilidad para turistas y personas de la propia ciudad, pero no es así. Este tipo de conexión, que es verdad que permite ahorrar datos cuando estás conectado a ella, es una autopista sin peajes para los ladrones de datos. El motivo es que estas conexiones no cifran la información que se envía a través de las mismas. Todo lo que se hace queda expuesto.
Desde INCIBE (Instituto Nacional de Ciberseguridad) destacan que el problema es dar por sentada una seguridad que no existe. Nos hemos acostumbrado tanto a la conectividad sin coste que se nos ha olvidado el principio más básico de la seguridad en internet: nada es verdaderamente gratis. En estas redes, cualquier persona con conocimientos básicos puede capturar tus contraseñas y los datos de tu tarjeta de crédito.
Así se produce el engaño
La fórmula que utilizan los delincuentes es muy sencilla y atractiva. Estamos en una plaza de la capital y vemos una señal Wifi – Gratis – Madrid y directamente nos conectamos creyendo que es una red oficial. Pero no es así, porque los amigos de lo ajeno lo que hacen es doblar el nombre de una red legítima para que tu dispositivo se conecte de forma automática sin que notes la diferencia. Te conectas y has caído en la trampa.
Una vez que tu dispositivo se ha conectado a ese punto de acceso fraudulento, el desastre ya está en marcha. El ciberdelincuente se sitúa como un intercambio invisible entre tú e internet, interceptando cada dato que envías y recibes. A partir de ese momento, una vez conectado a su red falsa, el ladrón ve todo tu tráfico de internet, incluido cuando introduces la contraseña de tu aplicación bancaria.
Sol, Mayor y Callao, el paraíso para los ciberdelincuentes
La Puerta del Sol, la Plaza Mayor y la de Callao cuentan con todo aquello que desean los ciberdelincuentes: un flujo masivo y constante de personas, una alta concentración de turistas y muchas señales WiFi interpuestas. En este caos de conexiones, la gran afluencia de gente facilita el anonimato de los ladrones, que pueden operar sentados en un banco como si fuesen un turista más.
En cuanto al perfil de la víctima, también es clave. Turistas que buscan mapas, jóvenes subiendo publicaciones a redes sociales y otras personas que consultan su correo electrónico.
Los pasos para brindar tu móvil
La primera decisión, y la más eficaz, es la de utilizar siempre una aplicación VPN (Red Privada Virtual). Se trata de un servicio disponible en el móvil por muy poco dinero al mes que actúa como un escudo protector para tu desconexión. Al activarse se crea un túnel seguro que cifra tus datos y los hace ilegibles para extraños.
Si no dispones de una VPN, entonces deberás verificar siempre el nombre de la red oficial. Ante la mínima duda, nunca realices compras o consultes tu banco desde una red que no sea de confianza.