Los pasajeros que viajen dentro del territorio de la Unión Europea o que lleguen a uno de los países que formen parte de la misma deberán adaptarse a la nueva normativa sobre el equipaje de mano que se estableció recientemente. Las medidas impulsadas por la Comisión Europea apuntan a reforzar la seguridad y homogeneizar criterios en todos los aeropuertos del viejo continente. Así, las medidas afectan sobre todo al transporte de líquidos (no más de 100 mililitros) y el tamaño permitido de equipaje en cabina, que no puede exceder las siguientes medidas: 40 x 30 x 15 centímetros. Quién no cumpla con la normativa puede ser sancionado con multas que pueden alcanzar hasta los 1.000 euros.
Aunque algunas terminales contaban con escáneres avanzados que ofrecen mayor flexibilidad, la nueva normativa obliga a limitar y declarar con más claridad lo que se transporta.
Lo cambios en cuanto a los líquidos
La principal modificación reduce nuevamente la cantidad permitida de líquidos en la cabina. Este “objeto popular”, dentro de los que se incluye también a perfumes, cremas, bebidas y geles, está regulado por el Reglamento de Seguridad de la Aviación de la UE.
Se pide ahora que los líquidos se transporten en recipientes que no tengan más de 100 mililitros y que estén colocados en una bolsa de plástico transparente de 1 litro (20 cm x 20 cm) por pasajero.
La medida afecta a productos como perfumes, geles, cremas, bebidas, espumas y alimentos líquidos. Sin embargo, se permite transportar alimentos infantiles y medicamentos en cantidades mayores, siempre que exista una justificación médica o de necesidad personal.
Esta decisión responde a una nueva revisión de los sistemas de escaneo en los aeropuertos de Europa. Aunque algunos de ellos contaban con una tecnología capaz de identificar líquidos sin restricciones, las autoridades han optado por reforzar de forma temporal los controles mientras se valida los nuevos dispositivos.
El tamaño y el peso del equipaje
En la actualidad, el equipaje de mano no puede superar los 55 x 40 x 20 centímetros, incluyendo asas y ruedas. Además, el peso total deberá mantenerse por debajo de los 10 kilogramos. Estas medidas buscan agilizar los controles y evitar excesos que dificulten el embarque.
Los pasajeros también podrán subir a bordo con un objeto personal adicional, como una mochila pequeña, un bolso o un funda para un ordenador portátil que no debe exceder los 40 x 30 x 15 centímetros y que deberá colocarse sin dificultad bajo el asiento delantero.
En España, en aeropuertos como los de Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat ya se han implementado estas adaptaciones operativas para cumplir con la normativa europea. Es importante saber que cada aerolínea conserva la facultad de establecer políticas más estrictas, por lo que se recomienda verificar con antelación las condiciones particulares del vuelo.
Las posibles consecuencias de incumplir con la norma
Los viajeros que ignoren estas normas no sólo perderán su pertenencias, también pueden enfrentarse a multas importantes. De acuerdo con la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios en España, los pasajeros que no cumplan con la normativa pueden tener castigos económicos de las diferentes administraciones que pueden oscilar entre los 100 y los 1.000 euros, dependiendo de la gravedad de la infracción, la intencionalidad y las normativas locales del aeropuerto.
Para que esté garantizado un viaje sin complicaciones, los pasajeros deben revisar las normativas de las diferentes aerolíneas y del aeropuerto de salida con antelación. El objetivo de la UE con esta normativa es el de priorizar la seguridad, pero la responsabilidad recae en los viajeros.
