La plataforma Netflix acaba de estrenar El refugio atómico, la nueva serie de Álex Pina y Esther Martínez Lobato, que son los creadores de grandes éxitos como La casa de papel y Berlín. Esta nueva producción es una de las más ambiciosas de las realizadas hasta el momento por la compañía en territorio español, tanto a nivel de presupuesto como de storytelling. Estamos ante un proyecto en el que la tecnología y la creatividad se dan la mano.
En esta serie un grupo de millonarios se encierra en Kimera Underground Park, un búnker de lujo construido para sobrevivir a cualquier catástrofe, ante la amenaza inminente de un conflicto global sin precedentes. El lugar se convertirá en un escenario claustrofóbico para dos familias marcadas por una tragedia en el pasado.
Para uno de los creadores, Pina, se trata de “una serie con vocación de cambio de género brutal. Arranca en uno y va girando a otro, y luego a otro… es una matrioshka constante”. Esta producción se gestó durante la pandemia y, como explica el propio Pina, incluye entornos que guardan relación con el mundo que nos ha tocado vivir, pero también juega un factor sorpresa: “Es, ante todo, una serie lúdica, con diferencias con respecto a nuestros trabajos anteriores, aunque el estilo sea el mismo”.
Gran momento de la ficción española
En 2024 se estrenaron 25 proyectos españoles en Netflix y las series generaron más de 5.000 millones de horas vistas a nivel mundial. Por tanto, la ficción nacional pasa por un buen momento, el cual se confirmó en este 2025. Además, coincidiendo con el décimo aniversario de la llegada de la plataforma a nuestro país, se anunció que invertirá más de 1.000 millones de euros en España durante los próximos cuatro años.
Para Diego Ávalos, vicepresidente de contenidos de Netflix en España, Portugal y Turquía, El refugio atómico es la serie más ambiciosa de las realizadas por la compañía en España hasta la fecha, a pesar de que no ha hecho público su coste. La misma, en la que ha vuelto a darse la colaboración de Vancouver Media, se ha rodado en un multiset de más de 7.200 metros cuadrados, divididos en un macroplató en Colmenar Viejo y las instalaciones de producción de Netflix en Tres Cantos.
Una gran producción virtual en Netflix
El refugio atómico ha generado una gran expectación no sólo por su historia, también por haber establecido un nuevo estándar técnico para las producciones locales de alto perfil. Como se explica desde la compañía, es un ejemplo de como la tecnología de producción más pionera se pone a disposición de la creatividad, la ambición y la productividad.
La producción virtual se llevó a cabo no sólo con escenas de paisajes o conducción, como suele ser habitual, también con secuencias narrativas complejas, algo que permite eliminar muchas de las inconveniencias de rodar en exteriores, como son las limitaciones de luz o las inclemencias del tiempo.
En total se recrearon 160 escenas mediante producción virtual utilizando un plató con pantalla principal de 20×5 metros instalado en el centro de Tres Cantos, lo que marca un salto cualitativo en la industria audiovisual española. Además, se contó con 1.100 metros cuadrados de sets físicos y se completó su postproducción en las mismas instalaciones, para lo que se utilizaron herramientas avanzadas de imagen.
Un set espectacular
El uso de la producción virtual en todo el proyecto se combinó con el rodaje en Colmenar Viejo. Este plató, que supera los 6.200 metros cuadrados, cuenta con más de 100 espacios interconectados y ofrece una experiencia más inmersiva para los equipos de trabajo. Este multiset fue construido durante siete mes y podía reunir hasta 300 personas en tres áreas de rodaje.
