El pasaporte español es considerado uno de los documentos más influyentes del mundo y ahora se enfrenta a un cambio de paradigma en cuanto a la libertad de movimientos. Y es que últimamente se están implementando medidas significativas en las políticas de viaje, con modificaciones que afecta directamente a los viajeros que se desplacen a diferentes países. El pasaporte ya no les abre las puertas, pues ahora se exigen contar con una Visa o eVisa, rompiéndose así la posibilidad de acceso con mínimas formalidades.
Nuevas reglas del juego
Los cambios van por el camino de la exigencia de visas y autorizaciones electrónicas en destinos que hasta hace poco eran accesibles sin mayores trámites. Esto está redefiniendo las reglas del juego para la movilidad internacional y supone un desafío sin precedentes para los titulares del pasaporte. El nuevo panorama es un inconveniente para los viajes espontáneos y sin barreras para los ciudadanos con pasaporte español, que ven como sus ventajas se acaban en determinados lugares. Ahora se vive una nueva realidad y esta exige una planificación mucho más cuidadosa y rigurosa.
Un privilegio que se desvanece
El pasaporte español era sinónimo de libertad de movimientos en el extranjero. Su fortaleza quedaba patente en el acceso sin visa a 194 países, lo que lo situaba en la élite de los pasaportes globales. Ahora, ese privilegio se ha visto mercado de forma considerable. Con las nuevas regulaciones, la entrada sin visado se ha visto reducida a 107 países. A esto se suman 43 naciones que permiten el ingreso sin la presentación del documento, 11 que exigen una autorización electrónica y 28 que otorgan la visa a la llegada.
La situación se ha vuelto mucho más compleja y la planificación de un viaje, ya sea por ocio, trabajo o estudios, requiere de un análisis mucho más detallado de los requisitos migratorios.
Las nuevas barreras para el pasaporte español
Los efectos de las normativas ya están presentes. Así, en Estados Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido, entre los destinos predilectos para los viajeros españoles, se exige ahora una Visa o una eVisa, acabando así con una tradición de acceso con mínimas formalidades. Estas medidas no sólo complican la logística de una simple escapada, sino que también podrán tener un impacto significativo en la resistencia, la reubicación y las oportunidades laborales en el extranjero.
Por tanto, un proceso que antes era fluido, ahora implica un trámite burocrático que puede incluir la presentación de documentos, entrevistas y el pago de las tasas. Este cambio afecta de manera profunda a aquellas personas que dependen de la movilidad para su desarrollo profesional o personal. El pasaporte español ya no es suficiente para garantizar una entrada sin problemas en estos territorios.
Planificación y consulta previa
La tendencia, a nivel global, camina hacia un mayor control migratorio, que es lo que ha llevado a muchos países a endurecer sus políticas de visado. Así, por ejemplo, Rusia y China ya han establecido procesos más estrictos y esta tendencia se está expandiendo. Ante este escenario, la consulta con la embajada o el consulado del país de destino se vuelve una medida esencial. Habrá que modificar los requisitos específicos de entrada y salida, así como las visas necesarias. Unas medidas necesarias para evitar problemas en las fronteras. No cumplir con este paso conllevaría una denegación de entrada e incluso podría provocar una deportación.
La necesidad de un visado adicional al pasaporte español para acceder a una serie de países pone de relieve la importancia de este cambio. El listado es amplio y cada uno de ellos presenta un reto particular para quienes deseen visitarlo.
