En nuestro país, los accidentes de tráfico se mantienen como uno de los protagonistas más negativos de cada año. Una prueba de ello es que en el pasado ejercicio, el año 2024, la Dirección General de Tráfico informó que más de 400 personas perdieron la vida en las carreteras durante la primera mitad, de enero a junio.
Y muchos de los accidentes estuvo relacionado con las distracciones al volante. Una de las posibles soluciones puede estar en el invento de unos investigadores de la Universidad Rovira i Virgili, Tarragona, que están desarrollando un nuevo sistema que puede identificar tales distracciones sin necesidad de cámaras. Utiliza radares Doppler para detectar los movimientos bruscos de la cabeza, los que indican que el conductor ha desviado la mirada de la carretera.
La normativa y el nuevo dispositivo para evitar las distracciones
Desde el pasado 2022, la legislación española en cuanto a tráfico obliga a que todos los vehículos de nueva homologación incluyan un sistema de detección de somnolencia y distracción (DDR). Dichos sistemas utilizan cámaras, sensores en el volante o algoritmos que vigilan la trayectoria del coche para detectar si el conductor está perdiendo atención. La diferencia con los que están desarrollando desde la universidad de Tarragona está, entre otras cosas, en que se pueden detectar dichos comportamientos sin la necesidad de cámaras. Su funcionamiento es bastante sencillo de entender.
El funcionamiento de los nuevos dispositivos es bastante sencillo de entender. Se basa en colocar un radar en la parte frontal del conductor, por ejemplo, en el techo del coche y una segunda pieza con superficies reflectantes se sitúa en el reposacabezas. Estas dos superficies están diseñadas para poder reflejar la señala que se emite desde el radar.
En el momento en el que el conductor gira la cabeza, una de las dos superficies deja de reflejar la señal, lo que permite entonces al radar detectar hacia que lugar está mirando. Este método se basa en el efecto Doppler, un principio físico que describe la forma en la que cambian las ondas (como las de radio o sonido) cuando existe movimiento. Al emitir ondas electromagnéticas, el radar puede calcular cambios en la frecuencia de la señal reflejada y, así, identificar movimientos.
Las superficies reflectantes que forman parte de este sistema están compuestas por materiales metálicos que filtran la onda, lo que ayuda a sabe desde qué lado proviene la señal. A diferencia de las cámaras, este sistema no necesita buena iluminación para funcionar correctamente y es menos invasivo, ya que no capta imágenes del rostro ni utiliza reconocimiento facial.
La Inteligencia Artificial, presente
Además, se trata de un radar de bajo coste con un procesador simple y facilitaría su llegada en el futuro. El invento también tiene aplicaciones más allá de la conducción, porque gracias a la Inteligencia Artificial, los mismos sensores podrían reconocer gestos con la mano para controlar vehículos o incluso sillas de ruedas para personas con movilidad reducida.
Para que este sistema sea efectivo de manera total no basta con saber si el conductor ha girado la cabeza, sino que es necesario combinar esa información con otros datos que se obtienen, como el GPS o el comportamiento del volante, ya que el nivel de atención requerido varía de acuerdo a si se conduce por autopista o por una calle.
Por el momento, este sistema se encuentra en fase de desarrollo y no hay una fecha concreta para su posible llegada al mercado. Pero está claro que estamos ante una propuesta que apunta a ser una solución prometedora para mejorar la seguridad vial sin la necesidad de comprometer la privacidad del conductor.
