La subida de las pensiones en enero de este 2024 ha marcado un cambio drástico en el calendario de pagos del sistema de la Seguridad Social. El Consejo de Ministros aprobó un Real Decreto-Ley a finales del año anterior, estableciendo la revalorización de las pensiones y otras prestaciones. Esta medida se diseñó con la intención de beneficiar a los sectores más vulnerables de la población, aquellos con menos capacidad para ajustar sus ingresos y hacer frente a los gastos cotidianos.
El incremento del 3,8% en las pensiones para el año 2024 fue resultado de un método objetivo de cálculo, conforme a la reforma del sistema de pensiones promulgada por el Gobierno. Según esta reforma, las pensiones se revalorizarían anualmente en base al valor medio de las tasas de variación interanual del Índice de Precios al Consumo de los doce meses anteriores a diciembre del año previo.
Una vez revelado el dato adelantado de inflación de noviembre por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que se situó en un 3,2%, se confirmó el aumento del 3,8% para las pensiones en el año 2024. Considerando este incremento, se proyectó que la pensión contributiva media en España, que se situaba en 1.197,9 euros mensuales, alcanzaría los 1.243,4 euros mensuales, representando un aumento medio de 45,50 euros al mes.
Las pensiones para 2024
Las nuevas cifras de las pensiones mínimas reflejaban un ajuste significativo:
- Para las pensiones mínimas de jubilación para mayores de 65 años, las cuantías variaban entre 813 y 1.003 euros al mes, dependiendo de las circunstancias del pensionista.
- Las pensiones mínimas de incapacidad permanente oscilaban entre 1.155 y 1.503 euros al mes, también según las condiciones del beneficiario.
- En cuanto a las pensiones mínimas de viudedad, estas iban desde 616 hasta 939 euros al mes, dependiendo de la situación familiar y de la edad del beneficiario.
Gracias a estas revalorizaciones, los pensionistas experimentaron un aumento significativo en su poder adquisitivo. En comparación con 2018, el aumento medio mensual ascendió a 321 euros, representando un incremento del 29% en la pensión media de jubilación. Estos ajustes han permitido que cerca de 11,8 millones de pensionistas mantengan o mejoren su nivel adquisitivo en el tiempo.
En peligro la paga extra
En el esquema de pensiones de la Seguridad Social, las pagas extraordinarias son una fuente adicional de ingresos crucial para los jubilados. No obstante, este año, algunos pensionistas solo percibirán una fracción de la paga extra de verano.
Este escenario afecta principalmente a aquellos que han iniciado el cobro de su pensión en el primer semestre del año y no han acumulado los seis meses completos del período correspondiente.
Para comprender mejor esta dinámica, resulta fundamental asimilar el proceso de devengo de la pensión a lo largo del año. La Seguridad Social divide el año en dos períodos, y para recibir la paga extra completa, es requisito haber devengado todos los meses del primer período, que abarca desde diciembre hasta mayo. En caso contrario, se otorgará una porción proporcional de la extra por cada mes devengado.
Esta normativa se aplica también a aquellos pensionistas cuyas pensiones han sido suspendidas temporalmente. En este caso, se descontarán los meses en los que no se ha percibido la pensión, calculando un descuento proporcional en la paga extraordinaria.
No obstante, quienes comienzan a percibir la pensión en junio no tienen derecho a la paga extra de verano, aunque recibirán la totalidad en la extra de Navidad, que se liquida en noviembre.
Resulta relevante señalar que la Seguridad Social entrega la paga extra de verano junto con la pensión a mes vencido, habitualmente entre el 1 y el 4 de julio. Sin embargo, numerosas entidades adelantan el pago al 25 de junio gracias a la cuenta centralizada con la Tesorería General de la Seguridad Social.