El exceso de azúcar es una de las preocupaciones más importantes en nuestra dieta en la sociedad actual. Así, hay muchos expertos en nutrición, que aportan por diferentes medios consejos para aquellos que están interesados en llevar una dieta saludable, ya sea simplemente por cuidarse o porque están obligados a hacerlo por una enfermedad. Es el caso de la bióloga, y experta en nutrición, María López, que ha creado un Taller de cocina su azúcar que está dirigido especialmente a aquellas familias que conviven con la diabetes infantil, pero por supuesto también a los todos aquellos que deseen cocinar de la forma más saludable.
López tiene un hijo diabético y por tanto conoce a la perfección como se siente una familia en la que las comidas se deben preparar sin margen de error. Desde hace tiempo, los diabéticos utilizan un sensor que les monitoriza su azúcar en sangre las 24 horas de cada día de su vida. Esa información es muy valiosa para el resto de la sociedad, porque informa al detalle de cómo les afecta el azúcar. Para la experta, “a los diabéticos les afecta más, porque su páncreas no trabaja y tienen que cubrirlo con insulina externa, pero para el resto de personas que no tenemos diabetes nos afecta exactamente igual. Nuestro páncreas está sudando, está trabajando de manera extra y eso, a medida que se cumplen años, puede convertirse en un problema”.
El azúcar, presente en el día a día
No sólo encontramos azúcar en las chucherías, en la bollería y en los postres, hay otros muchos alimentos diarios en los que está presente. Entre ellos, la patata, el arroz, las harinas blancas o la pasta de trigo: “Es nuestra mayor fuente de energía, pero el azúcar amable es muy diferente al industrial, cuya rápida absorción vuelve loco a nuestro cuerpo. ¿Cómo se defiende de eso? Con inflamación abdominal, exceso de gases, dolores articulares, ansiedad, obesidad y déficit de atención, especialmente en los niños”.
La señal
La inflamación es un claro síntoma que el cuerpo emite para que decir que “lo estamos agrediendo y que está toxificado”, señala María López. Es de esta manera, asegura la experta, “como el cuerpo se defiende, lo que pasa es que hemos aprendido a vivir cono esta inflamación y la hemos integrado hasta que oímos esa palabra que nadie quiere oír en la consulta, que se llama cáncer”. Por este motivo, “hoy se habla tanto de las dietas inflamatorias”.
Guiar a las familias
El objetivo de la nutricionista es hacerles la vida más fácil a las familias con la creación de recetas sin azúcar, utilizando alimentos de bajo índice glucémico que no sólo estabilizan los niveles de glucosa, también cuidan al intestino y nutren cuerpo y mente: “Eso va a hacer que nuestros hijos vayan mucho más concentrados al cole, sin ansiedad, sin cansancio, sin intolerancias y sin dermatitis atópicas”.
Quienes han participado en alguno de sus talleres de cocina destacan el “enfoque práctico” y cómo descubrieron incorporar alimentos que ayudan a una alimentación nutritiva y balanceada. Los niños fueron los protagonistas del talle, participando activamente en la preparación de las recetas, siendo esto una manera divertida de enseñarles a cocinar mientras disfrutan y adoptan hábitos saludables.
Un menú tipo para un día
Según María, un menú en el que apenas se comería azúcar en la dieta o sólo ese tipo de azúcar amable del que habla podría ser el siguiente: “Empezaríamos un desayuno proteico: dos huevos a la plancha, cocidos o en tortilla francesa con jamón cocido y queso y una rebanada de pan de centeno integral. A media mañana, un bocadillo pequeño con fiambre, un puñado de frutos secos y una bebida templada”. Para comer, “una crema de calabacín, puerro y espinacas de primero, con un segundo de arroz rojo con bonito de temporada a la plancha, tomate y lechuga. Por la tarde, fruta y yogur natural”. Para la noche, una sopa de caldo o menestra, filete de pavo a la plancha con champiñones y unas espirales de plasta proteica.
