Tener mascota está muy bien. Si te gustan los animales, puedes adoptar uno (o incluso comprarlo) siempre que no sea una extravagancia que la Ley de Bienestar Animal no permite. Antes de lanzarte a tenerla, deberás tener en cuenta los cuidados que requiere, por ejemplo, tener un perro. Igual que decía el tío de Peter Parker de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, tener uno también lo es, y por eso deberás velar por que su comodidad vaya de la mano de la tuya.
Parte de este bienestar es que paseen el tiempo suficiente no solo para hacer sus necesidades fisiológicas, sino también para el resto. Como confirman expertos en la materia, no basta con 15 minutos, tienes que sacarlo más tiempo, teniendo en cuenta, por ejemplo, su tamaño.
Así, los veterinarios recomiendan que si tu perro es pequeño o mediano los paseos sean de, como mínimo, unos 45 minutos o una hora. Si el perro es grande, necesitará estar fuera de casa durante más tiempo; seguramente, una media de dos horas diarias. Y si el tamaño es gigante, el tiempo necesario de paseo estará entre esos dos intervalos, ya que su energía, al ser de grandes dimensiones, será mayor que, por ejemplo, la de un chihuahua, pero no tanta como la de un labrador o un border collie.
No obstante, los paseos deberán adaptarse a cada perro en particular, atendiendo a otras cuestiones como su fatiga o su edad. Lo que está claro, no obstante, es que tu rutina deberá adaptarse a lo que él precise.
Cada perro es distinto, pero esto es lo aconsejable
De esta manera, no bastará con ir a la vuelta de la esquina a que haga un pis y volver. Cada perro presenta un tipo de necesidades diferentes y, por ejemplo, aquellos que son de razas que provienen del pastoreo suelen precisar de más paseos y más juegos que un bulldog francés, al que verás cansado enseguida. Con todo, este, como cualquier otro, necesitará que el paseo incluya interactuar con otros animales, jugar contigo o con ellos y, en definitiva, estimularse para romper la monotonía que puede suponerles estar en casa. Si son cachorros, sus paseos deberán ser adaptados, también, pero ten en cuenta que a menudo serán más juguetones…
Lo más recomendado por los veterinarios es que saques a tu perro a pasear tres veces al día, aunque está claro que en esto influye el tiempo que tenemos. Si somos solo uno en casa y no tenemos mucho tiempo, lo suyo sería que alguien nos echara una mano, pero si no hay otra opción, los dos paseos pueden ser una opción, siempre y cuando no se limiten a dar una vuelta a la manzana para sus orinas y heces.
La duración mínima aconsejada de esas dos salidas es de al menos media hora, para que olisquee lo que quiera, camine y, si puede ser, socialice. En tus días libres, no obstante, deberías hacer por sacarlo un poquito más, o en frecuencia o en tiempo.
La raza y la edad influyen
Además de tener en cuenta si vas a tener a un vecino, familiar o amigo que te pueda echar una mano, antes de hacerte con un perro deberías pensar que no todas las razas tienen las mismas necesidades. Aunque a ti te encante ese que has visto en una protectora o que has decidido comprar a un criador, ten en cuenta que si es un perro de caza o pastoreo va a necesitar una mayor actividad que un cocker, un perro salchicha u otro de menor tamaño. Aunque, ojo: estos también necesitan salir, y pueden tener también mucha energía. La personalidad de cada uno será la que determine sus necesidades, y no su raza.
Igual que la raza, la edad también es un factor a tener en cuenta, puesto que los cachorros necesitarán salir más veces, aunque sea menos tiempo; en primer lugar, para aprender a socializar y los hábitos de higiene según terminan su periodo de vacunación. Una vez vayan pasando los meses, tendrás que tener en cuenta los tiempos antes mencionados, así como los factores citados del tamaño y la energía, para sacarlos quizás menos veces, pero tanto tiempo o más.
Entretanto, los perritos que ya se han hecho mayores requerirán de otra adaptación, tanto al ritmo como a evitar las horas de más calor o más frío. Ten en cuenta, no obstante, que el hecho de que se haya convertido en un ancianito no implica que puedas dejarlo en casa sin salir: aunque vaya lento, seguirá teniendo sus necesidades, tanto fisiológicas como mentales, y deberá salir a hacer sus cosas y distraerse, aunque sea adaptado a su capacidades físicas.
