En las comunidades de vecinos no siempre reina el bien ambiente. Mientras que en las novelas de Agatha Christie todo parece tranquilo hasta el momento en el que alguien muere, en las urbanizaciones no hay problemas hasta que surge algún inconveniente, sobre todo si hay que hacer un pago o una casa tiene un problema y no se da solución.
Por suerte, en el caso de una comunidad de vecinos de la localidad murciana de La Manga, no hubo cadáver, pero sí sangre. Y es que un vecino le arrancó de cuajo un trozo de carne de la mejilla izquierda a otro, lo que conllevó además pérdida de audición, 100 días de curas y un diagnóstico médico en el que se recoge estrés postraumático por ataque caníbal en reunión de vecinos.
Así acontecieron los hechos en esta comunidad de vecinos
Fue en el mes de marzo de 2014, más de una década atrás, cuando sucedieron los hechos que ahora resuelve la Audiencia Provincial de Murcia. Se dieron en un edificio de La Manga del Mar Menor, localidad costera. En la reunión de vecinos había un punto que marcó todo lo que después ocurrió. Se estaba discutiendo por unas filtraciones de agua cuando el presidente de la comunidad atacó de una manera tan violente a otro vecino que le acabó mordiendo en la cara, sujetándolo por el cuello hasta hacerle perder el conocimiento.
No fue la primera vez que se hablaba de dicho asunto, de las filtraciones. Era algo que venía de atrás. El vecino afectado llevaba reclamando una solución durante varias semanas. Aquel día, según contaron los vecinos, todo se torció de manera incomprensible.
No se sabe si fue el tono, la cercanía física entre los vecinos, el calor del pasillo o una mala relación entre ambos que pudo ser causa del ataque. En un visto y no visto, las palabras dejaron paso a los empujones y los dos individuos acabaron en el suelo. Con los dos tirados en el suelo, según la sentencia, el presidente aprovechó la caída para sujetar con fuerza a su interlocutor y morderle la mejilla con la fuerza suficiente como para arrancarle un fragmento. Un acto violento y primitivo, algo más propio de un animal que de una persona.
Estrés postraumático tras el ataque
Por fortuna para la víctima, esta fue atendida de inmediato. Pero no todas las heridas son externas y se curan con puntos de sutura. Estuvo 100 días de recuperación de las mismas, se le quedó una cicatriz visible en el rostro, perdió capacidad auditiva y a todo ello hubo que añadir un estrés postraumático cada vez que cruzaba el portal.
Durante el juicio, que se celebró uno años después, el acusado no tenía nada que hacer y lo único que le quedaba era reconocer los hechos, no tenía otra salida. No hubo duda sobre lo que aconteció en la reunión de vecinos de este edificio de La Manga: discusión, agresión y mordisco.
La Audiencia de Murcia lo ha condenado ha indemnizar con 14.000 euros a la víctima con 1.600 euros al Servicio Murciano de Salud. Le justicia le ha dado facilidades incluso para afrontar el pago, que lo podrá hacer en 36 plazos. Muchos son los que piensan que lo que ocurrió en La Manga fue sólo un arrebato, pero seguro que otros no tienen ninguna sobre los conflictos que se producen entre vecinos, una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento y con consecuencias difíciles de imaginar. Por cierto, la gotera fue reparada y el presidente dejó de serlo.
