El Alzheimer está muy presente en nuestra sociedad y sabemos de él tanto por casos reales como por su visualización en la pequeña pantalla o en obras de teatro. Todo es bueno para dar a conocer más sobre una de las enfermedades más desconcertantes y tristes que puede padecer una persona y que afecta también a quienes la rodean.
Hablamos de una enfermedad que avanza en el tiempo, es progresiva y degenerativa de los nervios centrales, que destruye los lentamente el pensamiento y la memoria y es la forma más común de demencia. Lograr un diagnóstico lo más temprano posible es clave, según afirma los expertos en la materia.
Una vez detectado el Alzheimer, el equipo médico que trate a la persona podrá asesorar a la familia respecto de cómo se desarrolla la enfermedad y a la misma vez de estrategias a seguir en cuanto a seguridad en el hogar, la necesidad de establecer rutinas y el control de los cambios que se manifiestan en las habilidades sociales. Todo la información será imprescindible para las etapas que van a llegar.
Hay muchos interrogantes sobre esta enfermedad y uno de ellos es cómo sabemos si una persona tiene Alzheimer y qué es lo primero que se olvida.
Lo primero que se va de la memoria
La Fundación del Cerebro, española y sin fines de lucro, indica en su web que se estima que hay, desde el año 2020, más de 115,4 millones de personas que sufren de Alzheimer en el mundo.
Cuando se hace referencia a las señales más comunes en la etapa temprana de esta enfermedad, desde la fundación dedicada a la divulgación científica sobre enfermedades neurológicas, aseguran que los primeros signos ocurren lentamente y son casi imperceptibles. Esto hace que sea difícil de identificar el momento preciso del comienzo. Sin embargo, el trastorno de la memoria sí es un síntoma al que hay que prestar mucha atención y suele estar asociado con eventos que tuvieron lugar recientemente, el olvido de información recién aprendida.
Uno de los ejemplos que se dan es que una persona no recuerde qué comió unas horas antes u olvide detalles de una conversación que mantuvieron ese mismo día, o mostrar confusión frecuente con el día de la semana, el mes o el año.
Otras señales para estar alerta
La edad, los antecedentes familiares y factores genéticos son los componentes de riesgo más comunes para el Alzheimer. De acuerdo a la organización Alzheimer’s Association, dedicada a la atención de investigación de la enfermedad, una de cada nueve personas mayores de 65 años la padece y la cifra asciende a un tercio del total en el caso de los mayores de 85 años.
Además de la pérdida de memoria corta, hay otras alarmas que son necesarias tener en cuenta para saber de la presencia de esta enfermedad. Algunas de ella son las siguientes:
- Planificar o resolver problemas. Pueden darse cambios en la habilidad de trabajar con números, por ejemplo dificultad a la hora de llevas las cuentas mensuales o de concentración.
- Desempeñar tareas habituales. Problemas para llegar a un lugar conocido, controlar un presupuesto o recordar instrucciones.
- Desorientación de tiempo y lugar. Suele ser el olvido de fechas o estaciones del año. También no recordar dónde se encuentra la persona o cómo llegó hasta el sitio.
- Dificultad con imágenes visuales o relación entre un objeto y otro en el ambiente. Problemas en la vista que dificultan percibir distancias y determinar colores o contrastes que pueden afectar a las habilidades para, por ejemplo, conducir un vehículo.
- El uso de la palabra al hablar o escribir. Dificultad para seguir o participar en una conversación, repetir mucho el mismo mensaje y llamar de manera incorrecta a objetos clásicos y conocidos.