Las redes sociales han cambiado la forma de vida de todos, también de los más pequeños. En ocasiones, han dejado de ser un juego, una forma de entretenimiento, para convertirse en un problema, una adicción por las horas que se echan pegados al dispositivo y también por los contenidos que se pueden visualizar. Hay diversas maneras de proteger a los más pequeños de los peligros de las redes sociales, una de ellas de TikTok, quizá la que más visionen.
Más allá de las herramientas propias que da la aplicación para controlar lo que se ve, los consejos tienen claro que no hay nada mejor que una buena conversación honesta y cercana de los padres con los niños. La protección más eficaz no es un filtro, sí la confianza que se construye para que tu hijo acuda a ti cuando ve algo que le incomoda o le asusta.
Restringir, lo más habitual
Dentro de TikTok existe una función específica para filtrar estos vídeos y es el modo restringido, que limita la exposición a contenido que podría ser considerado inadecuado para menores, actuado como un primer escudo digital. Activarla es el primer paso.
Esta opción se puede considerar como un guardián silencioso que trabaja en segundo plano. No se trata de una censura total ni convierte la aplicación en una versión infantilizada, sino que utiliza sistemas automáticos para identificar y ocultar vídeos con temáticas que la plataforma considera sensibles o dirigidas a un público adulto. No es infalible, pero estamos ante un filtro automático que identifica vídeos con temáticas complejas o para adultos y evita que aparezcan en el feed de los más pequeños, reduciendo de forma drástica el riesgo de que se topen con algo que le pueda impactar de forma negativa.
La razón por la que varios la desconocen es porque para activarlo se requiere navegar por varios menús de configuración de privacidad que no son intuitivos, quedando fuera del radar de la mayoría de los padres.
Como el algoritmo de TikTok atrapa a los más pequeños
El verdadero poder de esta red social no reside en sus vídeos, sí en su capacidad casi mágica para saber lo que va a gustar antes de que incluso lo sepa la persona. El algoritmo de TikTok está calibrado para captar la atención y aprende rápidamente los gustos de los usuarios para crear una espiral de consumo de la que es complicado salir, sobre todo para un cerebro en desarrollo que busca la gratificación instantánea.
Desde la propia aplicación se ofrece en antídoto en sus herramientas de control parental. Así, limitar el tiempo es crucial para enseñarles a gestionar su propio ocio y a desconectar. La Sincronización Familiar permite a los padres establecer un límite de tiempo de pantalla diario, desde los 40 a los 120 minutos.
La Sincronización Familiar funciona vinculando la cuenta del padre a la del hijo a través de un código QR, creando un puente digital entre ambos dispositivos. Esta función permite vincular las dos cuentas y gestionar los ajuste de privacidad y seguridad directamente desde el teléfono móvil de los padres, sin necesidad de tener acceso físico al dispositivo del menor.
El diálogo es la clave
El objetivo final es dar a los más pequeños las herramientas y el criterio para enfrentarse al mundo online. La tecnología no es el enemigo, sino la falta de guía. Por eso estas herramientas deben presentarse como una forma de cuidado y protección, no como un castigo, explicando los motivos que hay detrás de cada límite.
Como aseguran los expertos, no existe ninguna herramienta de control parental en las redes sociales mejor que una conversación honesta y cercana entre las dos partes.
