La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es una de las pruebas más importantes que los vehículos deben superar de forma obligatoria para circular legalmente y sin ningún tipo de inconveniente por las vías y carreteras del país.
ITV: prueba de vital importancia para la seguridad
Es importante recordar que la frecuencia con la que se debe pasar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) varía en función de varios aspectos, entre los cuales se destacan por un lado la antigüedad del vehículo, y por el otro la función que desempeña. De esta manera, la prueba debe hacerse o bien de forma anual, cada dos años o después de los primeros cuatro años de matriculado el coche. En cualquiera de los casos, tal y como comentamos anteriormente, se trata de una prueba que suele generar estrés entre los conductores. Es por ello que siempre se está en la búsqueda de técnicas o trucos que permitan aprobar esta prueba de forma rápida y sin tantas preocupaciones.
Las comprobaciones que se hacen a los vehículos son tanto a nivel externo como interno, y se evalúan aspectos como golpes, abolladuras. Por otra parte, a nivel interno también se verifican elementos esenciales como es el caso de los sistemas de retención infantil. Se comprueba también la funcionalidad de los cinturones de seguridad, que las luces funcionen perfectamente, los neumáticos, la suspensión, la condición del motor, entre otros. A todo lo anterior se le suma una de las pruebas que genera más incertidumbre como es el caso de la prueba de emisiones que, en caso de todos aquellos conductores que tengan un coche eléctrico deben pasar por alto, ya que no les afecta de ninguna manera.
Truco para pasar la prueba de emisiones
Así como hay ciertos trucos para pasar la prueba general de la ITV, tanto en las revisiones internas como externas, también existen algunos trucos para pasar de forma satisfactoria la prueba de emisiones de la ITV. También conocida como la prueba de humos, aunque el nombre oficial de la misma es prueba de opacidad, tiene por objetivo principal garantizar que los coches no superen determinados límites de dióxido de carbono. El objetivo es que el dióxido no genere emisiones contaminantes que afecten de manera tan abrupta la calidad del aire. Es importante destacar que en la actualidad solo se comprueba esta variable y para poder medir o hacer esta prueba de opacidad se evalúan los gases del tubo de escape.
La forma más práctica de pasar esta prueba sin ningún tipo de inconveniente es, simplemente, que el vehículo haya sido sometido al mantenimiento correspondiente dentro de los tiempos recomendados por el fabricante. Sí además el coche funciona con gasóleo también hay otro truco que se puede aplicar que es recorrer aproximadamente 15 o 20 minutos antes de acudir a la cita de la ITV a un régimen elevado de revoluciones y a marcha corta. Con este truco será posible aumentar la cantidad de combustible que se inyecta en los correspondientes cilindros y al mismo tiempo generar un flujo mayor de gases.
Otro truco interesante que muchos conductores utilizan es utilizar un aditivo previo a la inspección. Este tipo de aditivo se coloca en el depósito de combustible y tiene como principal objetivo limpiar a profundidad los inyectores. La siguiente recomendación es recorrer en torno a los 80 km, para obtener buenos resultados.
Además de conseguir la aprobación de la ITV sin ningún tipo de problema, el uso de estos aditivos también se traduce en otro tipo de beneficios, ya que permite un mejor rendimiento del motor y al mismo tiempo estabilizar el ralentí sin contar con el hecho de consumir menos combustible. Lo mejor es que este tipo de aditivo es muy económico, por lo que se encuentra al alcance de cualquier usuario.
