En el año 2025, los requisitos para acceder al 100% de la pensión de jubilación sufrirán cambios importantes que todos los futuros pensionistas deben conocer.
La legislación, que ha ido modificándose progresivamente en los últimos años, culminará en 2027 con un incremento final en la edad legal de jubilación, pero antes de llegar a esa fecha, quienes planean retirarse en 2025 deberán cumplir con una serie de condiciones específicas para poder disfrutar de su pensión completa.
Cambios en la edad de jubilación
Uno de los aspectos más relevantes que se implementará en 2025 es el incremento de la edad legal de jubilación ordinaria. Siguiendo la tendencia iniciada con la reforma de las pensiones de 2013, la edad mínima para acceder a la jubilación continuará aumentando hasta llegar a los 67 años en 2027. Para 2025, aquellos que hayan cotizado menos de 38 años y 3 meses deberán esperar hasta los 66 años y 8 meses para poder retirarse. Sin embargo, quienes logren acumular 38 años y 3 meses o más de cotización podrán jubilarse a los 65 años.
Este aumento en la edad de jubilación responde a la necesidad de asegurar la sostenibilidad del sistema de pensiones en un contexto de envejecimiento poblacional y mayores expectativas de vida. La decisión de cuándo jubilarse tendrá un impacto directo en la cuantía de la pensión que se recibirá, ya que retirarse antes de la edad legal conlleva penalizaciones que pueden reducir significativamente la cantidad mensual percibida.
A pesar del incremento en la edad legal de jubilación, las opciones para jubilarse anticipadamente seguirán vigentes en 2025. Aquellos trabajadores que decidan retirarse de manera anticipada podrán hacerlo hasta 24 meses antes de la edad legal ordinaria, es decir, a los 64 años y 8 meses si han cotizado menos de 38 años y 3 meses, o a los 63 años si han superado ese umbral de cotización.
No obstante, optar por la jubilación anticipada implica aceptar una penalización en la cuantía de la pensión. Esta reducción puede oscilar entre un 21% y un 2,81%, dependiendo de la cantidad de tiempo que falte para alcanzar la edad legal de jubilación y del total de años cotizados. Por ello, es crucial que quienes estén considerando esta opción calculen con cuidado el impacto económico que podría tener en su pensión futura.
Para aquellos que se vean obligados a jubilarse de manera anticipada por circunstancias ajenas a su voluntad, como un despido, la jubilación anticipada involuntaria seguirá siendo posible hasta 48 meses antes de la edad ordinaria. En este caso, los requisitos de cotización se mantienen: 62 años y 8 meses para quienes no alcancen los 38 años y 3 meses cotizados, y 61 años para quienes sí los alcancen.
Ciertas profesiones continuarán gozando de exenciones en las penalizaciones por jubilación anticipada, lo que les permitirá retirarse antes de la edad legal y seguir cobrando el 100% de su pensión. Entre estos colectivos se encuentran los trabajadores del sector minero, personal de vuelo en trabajos aéreos, trabajadores ferroviarios, artistas, profesionales taurinos, bomberos y ciertos cuerpos de seguridad como la Ertzaintza, Policía Local, Mossos d’Esquadra y Policía Foral de Navarra.
Requisitos para cobrar el 100% de la pensión
Para aquellos que buscan asegurarse de recibir el 100% de su pensión en 2025, es esencial cumplir con los años de cotización requeridos. Actualmente, se necesitan al menos 15 años cotizados para acceder a la pensión contributiva mínima, pero para recibir la totalidad de la pensión, será necesario haber cotizado al menos 37 años. Además, es importante tener en cuenta que el retraso en la jubilación más allá de la edad legal también puede incrementar la cuantía de la pensión, lo que podría ser una estrategia útil para aquellos que deseen maximizar su beneficio.
Por tanto, 2025 traerá consigo un endurecimiento de los requisitos para acceder al 100% de la pensión de jubilación. Con la edad legal aumentando progresivamente y las opciones de jubilación anticipada sujetas a penalizaciones, es crucial que los futuros pensionistas planifiquen con cuidado su retiro, considerando tanto los años de cotización acumulados como el momento óptimo para dejar de trabajar. Esto asegurará no solo la máxima pensión posible, sino también una transición financiera suave hacia la jubilación.