Tapia de Casariego, un municipio en el norte de España con menos de 4.000 habitantes, ha sido el centro de atención debido a la polémica en torno a la mayor reserva de oro sin explotar de Europa.
Con aproximadamente 30 toneladas de este preciado mineral, equivalente a un 10% de las reservas del Banco de España, la mina de oro en este pequeño pueblo ha generado un gran conflicto entre los planes de explotación y la oposición de los residentes locales.
La empresa Exploraciones Mineras del Cantábrico ha propuesto un proyecto para extraer unas 31 toneladas de oro, prometiendo una operación «mínimamente invasiva». Sin embargo, muchos vecinos ven este proyecto como una amenaza para su comunidad y el medio ambiente. Daniel Cando, miembro de la Plataforma Orono, ha expresado su preocupación en un reportaje del canal de YouTube ‘Vivir sin plástico’: «Yo tengo amigos que me envían el link diciendo que somos ricos y yo les digo que no son conscientes de lo que están hablando, porque esto es una desgracia». Cando y otros residentes creen que las noticias solo muestran el lado positivo del proyecto, ignorando los posibles daños.
Una reserva de oro difícil de explotar
Desde la década de 1960, diversas empresas han realizado estudios en la zona, identificando la presencia de oro, pero las tecnologías de la época no permitían una explotación rentable. Ahora, con avances tecnológicos, la explotación se ha vuelto viable. Sin embargo, los vecinos temen que el proyecto subterráneo propuesto, que incluye vertidos al mar, pueda causar daños irreparables. Actualmente, el proyecto está siendo evaluado por la Consejería de Medioambiente, tras haber pasado el filtro del Ministerio de Industria.
A pesar de la controversia minera, Tapia de Casariego ofrece mucho más que su tesoro dorado. Este encantador pueblo asturiano es un destino turístico que atrae a visitantes con su costa impresionante, paisajes naturales y riqueza histórica. Los creadores del canal de YouTube ‘Viajando a nuestro aire’ destacaron este pueblo en uno de sus videos recientes, centrándose en su primera parada en la playa de Anguileiro.
El pueblo está bien equipado para recibir a turistas, con zonas habilitadas para estacionar furgonetas y caravanas, y múltiples localizaciones ideales para disfrutar del atardecer. Además, Tapia de Casariego cuenta con un espacio natural protegido para aves y un área de surf que emerge con las mareas, ofreciendo a los visitantes una experiencia única.
La historia también tiene un lugar prominente en Tapia de Casariego. En 1780, el rey Carlos III ordenó la construcción de un fortín en la entrada de la ensenada para protegerse de posibles desembarcos enemigos. Este fortín es ahora una de las principales atracciones históricas del municipio.
Un futuro de gran incertidumbre
Mientras Tapia de Casariego lucha por proteger su entorno y preservar su estilo de vida, el debate sobre la explotación de su riqueza mineral continúa. Los residentes, representados por asociaciones como la Plataforma Orono, insisten en que el verdadero tesoro de la región reside en su belleza natural y su patrimonio, no en el oro enterrado bajo sus tierras.
La decisión final sobre el proyecto minero aún está en manos de las autoridades ambientales, y el resultado tendrá un impacto duradero en la comunidad. Lo que está claro es que, independientemente del desenlace, Tapia de Casariego seguirá siendo un lugar de gran interés tanto por su historia como por sus paisajes, ofreciendo a los visitantes una muestra de la riqueza cultural y natural de Asturias.
Por tanto, Tapia de Casariego se encuentra en una encrucijada entre el desarrollo económico y la preservación ambiental. Mientras las discusiones continúan, el pueblo sigue siendo un testimonio de la lucha entre el progreso y la conservación, un tema que resuena en muchas otras comunidades alrededor del mundo.