Es muy común recibir una llamada de un número desconocido y son muchas las ocasiones, por no decir casi todas, en las que una persona contesta. Lo hace porque puede que esté esperando la entrega de un paquete o está a la espera de una llamada importante, aunque sabe que se arriesga a que al otro lado esté un comercial intentando venderle cualquier tipo de servicio.
Pero también están aquellas llamadas en las que al descolgar no se oye nada, sólo silencio. Aunque parezca poca cosa, todo lo contrario. Puede tratarse de una estafa con la que los delincuentes verifican que el número de teléfono está activo y mediante diferentes métodos engañar al titular, que pasará a tener un aumento considerable del gasto sin saber el motivo.
La llamada fantasma
Esta denominación hace referencia a cuando una persona descuelga el teléfono tras una llamada y nadie responde, hay silencio al otro lado del teléfono y en muchas ocasiones cuelgan muy rápido. Además de fastidiarnos, porque cortan algo que estaba haciendo esa persona, ahora hay inquietud porque no se sabe si quien coge el teléfono ha podido caer en una trampa.
Estas llamadas, según los expertos, son realizadas por sistemas de marcación automática, mediante un software que marca a miles de números a la vez y, si no hay operadores disponibles para atender a la llamada realizada, se interrumpe. El objetivo no es otro que saber cuántas personas descuelgan y confirmar que ese número está activo.
En la mayoría de las ocasiones, detrás de estas llamadas, están empresas que afinan su puntería comercial. Saben que si una persona coge la llamada, seguramente repita con otras. Así que, cuando lo hace, pasa a un listado de ‘receptivos’ y en la siguiente ocasión ya se hablará con un agente real que intentará convencer al titular del número de que cambie de tarifa, de seguro o de cualquier cosa.
La variante más peligrosa
La estrategia que más daño está haciendo es el viejo truco llamado Wangiri. Se trata de numerosos toques breves para que sea la persona titular del teléfono la que devuelva la llamada. Si lo hace, las consecuencias pueden ser caras ya que se pagaría un precio disparatado por cada minuto de conversación.
Otra forma de aprovecharse de estas llamadas es para incluir el número de teléfono es un base de datos, información que después se vende o se utiliza para otras campañas: más llamadas o correos electrónicos con ofertas irrechazables que hacen que se agote la paciencia.
La normativa no frena el problema
La Ley de Telecomunicaciones entró en vigor el 30 de junio de 2023 con un objetivo claro, el de acabar con las llamadas comerciales sin consentimiento de la otra parte. De hecho, dio un margen, hasta junio de 2024, para que las empresas cambiasen de hábitos y respetasen su descanso. Pero siempre hay una rendija legal o simplemente se ignora la norma. Las sanciones existen, pero muchas compañías prefieren pagar la multa y seguir llamado antes que renunciar a un canal de venta tan barato.
Como blindar el teléfono móvil
Para protegernos de este tipo de llamadas, estas son algunas de las medidas que se pueden tomar:
- Activar la lista negra del teléfono, bloqueando de manera manual cada número sospechoso. Es un proceso lento, pero efectivo.
- Formar parte de la Lista Robinson, que obliga a las empresas serias a abstenerse a molestar. No es infalible, eso sí.
- Configurar el modo No molestar. En iOS y Android puedes permitir sólo llamadas de tus contactos, todo lo demás va directo al silencio.
- Instalar aplicaciones como TrueCaller o Whoscall, que detectan y bloquean números problemáticos casi sin esfuerzo.
