En el sector de las grandes cadenas de supermercados, cuando se ha hablado de la internacionalización de Mercadona, Italia ha sido el país señalado por la gran mayoría. Siempre hubo rumores, pero pocas certezas. Aunque muchos miren al país transalpino, puede haber una jugada más inmediata, rentable y estratégicamente racional. Se trata de Francia y en concreto la región del Occitanie, que emerge como la alternativa de un nuevo destino de la firma española.
Desde dentro, una y otra se vez se suele decir que Italia tendría sentido para Mercadona por varios motivos, entre los que están la proximidad geográfica, el tamaño del mercado, la semejanza de las dietas mediterráneas, demanda de frescos, etcétera. Estas razones cargadas de gran sentido obvian otros inconvenientes reales que también son merecedores de estudio: mercados muy maduros, alta competencia local (cooperativas, supermercados familiares y cadenas tradicionales, por ejemplo), costes regulativo y laborales elevados, barreras culturales al ajuste de surtido y marca blanca, así como desafíos logísticos si la entrada se despliega sin una estrategia incremental.
Una oportunidad más cercana de lo que parece
El país vecino, Francia, ofrece muchas de las ventajas que buscan los analistas cuando piensan en la expansión de Mercadona:
- Proximidad logística real. Desde España, sobre todo Comunidad Valencia y Aragón, hasta el sur de Francia existe una red de carreteras, autopistas y conexiones de transporte eficaces que pueden aprovechar desde el arranque para evitar altos costes de importación y transporte.
- Perfil de consumidor competitivo. Las zonas del sur de Francia comparten hábitos alimentarios mediterráneos, demanda de frescos, interés por la relación calidad-precio y una apertura creciente hacia las marcas propias.
- Competencia existente, pero espacio para abrirse hueco. Hay muchas cadenas que están fuertemente implantadas en Francia, pero en muchas ciudades de tamaña mediano o en pueblos no llega el surtido fresco al nivel de especialización que Mercadona puede ofrecer.
Dentro de Francia, la región de Occitanie se perfilaría como la más lógica para ser el punto de entrada ya que combina potencial de mercado, facilidad logística, costes relativamente bajos respecto a París y Costa Azul y otros factores que lo hacen un punto ideal para la expansión de Mercadona a tierras galas.
Ciudades clave en el plan
Perpignan, Toulouse, Montpellier, Nîmes y Carcassonne forman parte de una geografía estratégica. La primera por su proximidad a la frontera catalana, lo que permite aprovechar infraestructuras que ya existen en nuestro país; Toulouse y Montpellier como polos urbanos con demanda de consumo elevado; Nîmes y Carcassonne como ciudades intermedias que ofrecen menor costo de establecimiento y buenas densidades de cliente.
Conectividad y transporte
Rutas desde Valencia a Perpignan de aproximadamente 500 kilómetros y desde Zaragoza a Toulouse de 400 kilómetros permitirían pensar en una distribución inicial desde los centros logísticos de Mercadona en España. Las autopistas A9, A61 y A63 facilitarían el movimiento pesado, complementándose con puertos menores como los de Séte y Port la Nouvelle para mercancías frescas o importaciones específicas.
En una segunda fase de consolidación, el líder español podría pensar en la posibilidad de instalar un centro logístico local en el eje Toulouse-Carcassonne para optimizar tiempos de entrega, frescura y reducir los costes de transporte desde España.
La competencia de Mercadona con otras cadenas
El mapa francés está dominado por cadenas como E.Lecrler, Carrefour, Intermarché, Lidl o Aldi, aunque ninguna ha conseguido una integración tan eficiente de marca propia y producto fresco como ha hecho Mercadona. Su fórmula de surtido corto, alta rotación y experiencia de compra sencilla puede ser el factor clave que el mercado galo no ha experimentado a gran escala.
La apuesta de Mercadona por Occitanie sería la de inclinarse por un escenario con mejor riesgo, donde los retornos pueden llegar antes y los errores menos costosos.
