Como en cualquier gran ciudad y alrededores, el transporte público es clave en Madrid. En la capital de España, y localidades del entorno, son millones de pasajeros los que hacen uso del mismo y sobre los que repercuten todo tipo de cambios que se lleven, como por ejemplo el que tendrá como protagonista a la tradicional tarjeta roja del Abono de Transporte de la ciudad. La misma, durante años, ha estado presente en la cartera o tarjetero de todos aquellos que se mueven con el metro, cercanías o autobuses y esto puede que llegue a su fin en su formato físico. El plan es que poco a poco vaya quedando en un segundo plano para darle más importancia a un sistema de abono en el teléfono móvil.
Desde la Comunidad de Madrid se busca, desde hace tiempo, algo similar a lo que se hace cuando pagamos en un restaurante o tienda con el dispositivo móvil. Se quiere algo rápido, cómodo y que evite pérdidas, duplicados y renovaciones eternas.
El plan fijado
La idea no parece complicada: se apostará por el abono en el móvil, pero el que quiera seguir con la tarjeta física de Transporte podrá hacerlo. Eso sí, ambas no se podrán usar a la vez. Por tanto, en el momento en el que la tarjeta se instale en el móvil, no habrá posibilidad de volver atrás. Esta decisión forma parte de un proyecto más amplio de modernización que el Gobierno regional quiere desarrollar por fases.
El objetivo, con el paso del tiempo, es que la tarjeta física de color rojo se vaya quedando en un segundo plano todo para que se imponga la comodidad. La tarjeta física pasará a ser la excepción, no la norma.
Una prueba piloto en marcha
Aunque todo está en fase de proyecto, lo cierto es que las pruebas arrancaron hace meses y en las mismas participaron cerca de 8.000 usuarios, que debían tener un móvil Android con NFC y la aplicación Google Wallet. El sistema gustó por un motivo evidente: es más fácil perder una tarjeta de plástico que el teléfono móvil. Además, cada abono queda ligado a un dispositivo, lo que impide duplicarlos. Si el teléfono se pierde o rompe, basta con bloquearlo o transferir la tarjeta digital a otro terminal.
El siguiente paso será llevarlo a Apple Wallet y más adelante permitir su uso también con tarjetas de entidades bancarias contactless e incluso integrarlo con aplicaciones de bicicletas o patinetes.
Más novedades para 2027
El plan a medio plazo incluye también un objetivo mucho más ambicioso: un sistema de pago inteligente que se quiere activar en 2027. Mediante la tecnología Account-Based Ticketing se podrá pagar la tarifa más barata en función de los viajes que se hagan. Es decir, si en un mes no compensa comprar un abono completo, el sistema reajustará el precio de forma automática.
Todo esto conlleva una inversión cercana a los 40 millones de euros y tiene la intención de situar a la ciudad de Madrid en el club de las que ya funcionan con estos sistemas, como es el caso de Londres, Singapur, Sídney y Estocolmo.
Los que más notará el cambio
El cambiotendrá especial impacto en los que usan el abono a diario, como son los estudiantes, trabajadores, usuario de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) o Cercanías que combinan líneas. También se notará el cambio en aquellas personas que suelen perder la tarjeta o tienen duplicados con frecuencia.
La tarjeta física roja ya no es intocable y aunque todavía no tiene fijada una fecha límite para desaparecer, se atisba mucho menos protagonismo para ella.
