El frío ha hecho acto de presencia en buena parte de España y es el momento para encender la calefacción. Para que lo radiadores funcionen a la perfección y consigamos ahorrar dinero, hay que hacer una cosa que quizá muchos no sepan: purgarlos. El término purgar se refiere al proceso mediante el cual sacamos el aire que se acumula dentro del radiador. Además de pagar menos, habrá mejora en la eficiencia térmica, ahorro de energía, más vida útil de los radiadores y acabarán los ruidos.
Cuando se purga un radiador lo que se consigue es eliminar todas esas burbujas de aire. Pese a que puedan parecer inocuas, son perjudiciales porque hacen que el agua no pueda llegar bien a todas las partes del radiador. Esto hace que haya zonas que se quedan frías, incluso aunque se tenga la caldera de aire encendida. Por tanto, nos cuesta dinero y perjudica la eficiencia térmica.
Así se purgar un radiador
Se trata de un proceso bastante sencillo que, en ocasiones, no requiere de la asistencia de técnicos. Hay que seguir los siguientes pasos:
- Apagar la calefacción y asegurarse de que realmente el circuito no se encuentra en funcionamiento. Habrá que ir calefactor a calefactor.
- Hay que colocar un recipiente o un balde debajo de la válvula que se va a purgar, porque saldrá agua.
- Abrir esa válvula despacio. Puede ser de botón, palanca, tornillo, así que si hay dudas se debe consultar el manual.
- Una vez abierta la válvula se escuchará un siseo, que indicará que había aire acumulado y ahora se está escapando.
- El proceso habrá acabado y que ha salido todo el aire cuando comience a salir un chorro de agua constante y sin burbujas. Cuando esto suceda hay que cerrar bien la válvula.
Algunas complicaciones que pueden surgir con tu calefacción
Aunque purgar radiadores es un proceso relativamente sencillo, pueden surgir algunas complicaciones durante el procedimiento. Algunas de las más habituales son:
- Válvula atascada. Si la instalación es antigua, es algo que puede ocurrir muy a menudo. No hay que forzar el mecanismo. Lo que tienes que hacer en este caso es echar mano de un lubricante específico para válvulas, dejar que actúe e intentarlo de nuevo. Si persiste, entonces es el momento de contactar con un profesional.
- No sale ni aire ni agua. Entonces habrá que verificar la presión de la caldera. Si es demasiado baja, inferior a 1, significa que no está llegando agua al radiador o que la válvula inferior esté cerrada. También puede ser un problema de obstrucción.
- El agua sale turbia. Esto indica un claro problema de sedimentos y de óxido. Se recomienda una limpieza profesional y revisar todo el sistema.
- La presión de la caldera baja muy rápida. Nos encontramos ante una fuga en el sistema. Hay que revisar visualmente las juntas y, en caso de no ver el problema, contactar con un técnico autorizado.
Las ventajas reales de purgar un radiador
Como se habrá podido observar no se trata de un proceso complejo y además es totalmente gratuito, además de no conllevar la pérdida de tiempo salvo imprevisto importante. Las ventajas también considerables:
- Mejora la eficiencia térmica. Al no tener esas burbujas de aire, el radiador será capaz de calentarlo todo de forma mucho más rápida y uniforme.
- Ahorrarás energía, porque se optimiza el funcionamiento. No hay zonas que se queden frías y, de esta manera, en menos tiempo se alcanzará la temperatura deseada.
- A largo plazo se conseguirá que el sistema tenga una mayor vida útil al eliminar todo ese aire y esos gases que, por desgracia, pueden provocar corrosión interna y desgaste.
- Se acabaron los ruidos raros en los radiadores.
