Desde hace unos años, en España, los precios de los carburantes tienen una tendencia al alza por diferentes factores, como por ejemplo las tensiones geopolíticas en los mercados del petróleo. Aunque los precios han bajado respecto a los máximos alcanzados, todavía seguimos pagando más que hace un año en combustible.
Además, no se puede olvidar la creciente presión de las políticas medioambientales europeas, que tienen como objetivo acelerar la transición hacia una economía más verde y menos dependiente de los combustibles fósiles. Así, en este contexto, la Unión Europea prepara un nuevo impuesto al diésel y la gasolina, el ETS2, y se estima que habrá una subida del precio entre el 25-30% en el precio del combustible, unos 20-45 céntimos más por litro.
Con el ETS2 la meta es reducir las emisiones de dióxido de carbono, pero en la práctica se traducirá en un aumento considerable del precio de la gasolina y el diésel a partir de los próximos años. La medida forma parte de un ambicioso plan a nivel continental para alcanzar la neutralidad en 2050 y ha generado tanto expectación como preocupación entre los consumidores.
Incentivar la movilidad de coches eléctricos
Desde el parlamento de la Unión Europea se trabaja para conseguir la neutralidad climática en 2050 y para ello se ha puesto en marcha un “nuevo sistema cubrirá y abordará las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles en edificios, transporte por carretera y sectores adicionales”, el conocido como ETS2. De acuerdo a las fuentes de Bruselas, el precio del carbono fijado para este impuesto hará que aumenten las inversiones en movilidad de bajas emisiones, el uso de los coches eléctricos.
El ETS2 no es ningún impuesto directo, estamos ante un sistema de mercado regulado. Los distribuidores de combustible deberán adquirir derechos de emisión y el precio de los mismos fluctuará según la oferta y la demanda. Algunos expertos pide prudencia y recuerdan que todavía está en fase de desarrollo: “Los ajustes serán limitados y previsibles, probablemente de apenas unos céntimos por litro”, declara Manuel Montero, director general del Grupo Moure.
El nuevo impuesto: una subida del precio del carburante
Con la puesta en marcha de este impuesto, se encarecerá el precio del combustible respecto a lo que se paga en estos momentos. Las estimaciones están sobre el 25% y el 30%, lo que supondría entre 20 y 45 céntimos más por cada litro. De cumplirse estas previsiones, la gasolina y el diésel podrían acercarse a los dos euros por litro, un precio que en España sólo se alcanzó durante el inicio de la guerra en Ucrania.
Siete veces más cara que en Estados Unidos
Este impuesto tiene prevista su aplicación para enero de 2027, aunque desde la Unión Europea se contempla un periodo de adaptación que podría extenderse hasta 2028 si los precios energéticos suben demasiado rápido. A partir de dicha fecha, el coste del carbono empezará a repercutirse en el precio del combustible de forma progresiva.
Muchas han sido las voces críticas que se han manifestado, entre ellos creadores de contenido del sector. En el canal Motor 22 CV se ha criticado duramente esta propuesta, que se considera especialmente dura para autónomos y pequeñas empresas. Según sus cálculos, el encarecimiento será progresivo: 25 céntimos por litro en 2027 y hasta 50 céntimos más hacia 2030.
Lo más impactante es la comparación con Estados Unidos, pues señalan en este canal que en España “la gasolina nos saldrá seis o siete veces más cara que a un americano”.