La tasación de oro es un sector desconocido por la gran mayoría, en parte porque no abunda la información sobre el mismo. Por eso, cuando se lleva un objeto personal a uno de los miles de establecimientos, hay sorpresas tanto positivas como negativas. Y es que la tasación depende de muchos factores que alteran la cotización, como puede ser el comportamiento de la economía global, las guerras o la balanza entre la oferta y la demanda. De ahí el problema de que la tasación sea honesta.
En el caso que nos ocupa, la tasación fue mejor de lo esperado. Le ocurrió a una joven que contó su experiencia por TikTok. Esta chica fue a tasar joyas que tenía en casa para ganar dinero, pues su madre le dijo que lo necesitaban por los apuros económicos que estaban pasando. En esta ocasión, el valor final de las joyas que proporcionó la joven fue bastante elevado, según el trabajador de la tienda, que le comentó a esta que le podía dar por las joyas 13.316 euros: “No me lo esperaba”, aseguró la protagonista.
Los pasos previos a la valoración final
Las joyas que llevó al establecimiento la clienta pasaron por todos los procedimientos antes de calcular su alto valor final. El primero de ellos fue la conocida prueba del imán. Se trata de una prueba que se desarrolla, por lo general, delante del cliente y con total transparencia: “Lo primero que hacemos es una prueba magnética, si hubiera algo que se hubiese imantado lo podríamos descartar de forma inmediata (el imán por la pieza en cuestión) y perfecto, no se imanta”. De esta forma se puede comprobar la autenticidad de las piezas.
El segundo procedimiento es “la prueba del ácido, que es muy sencilla y consiste en atacar el metal de tal forma que raspamos la pieza en la piedra y procedemos a atacarlo con ácido”, explica el tasador. La pieza en cuestión es raspada en la piedra y deja una marca. Una vez dejada la huella en la piedra, se aplica sobre la marca ácido nítrico. Si la raspadura en la piedra permanece y no es “absorbida” por el ácido nítrico estaríamos ante oro auténtico. Si, por el contrario, la huella en la piedra se absorbe tras ser aplicado el ácido, no se trataría de una pieza de oro.
La sorpresa general al conocer el valor final
Una vez los artículos son testados y comprobada su autenticidad, comienza la conversión a valor en euros. Después de todos los test por los que pasaron los objetos es el momento de pesarlos en básculas, que en la mayoría de los casos siempre están a la vista del cliente y homologadas por la industria. Es decir, que todo el que quiera va a poder ver el pesaje.
Este detalle es más que importante ya que la transparencia a la hora de conocer la tasación de las joyas es una de las cosas que más se valoran por parte de los clientes. De esta depende, en gran parte, la confianza en las diferentes empresas de tasación de joyas.
Fue en ese momento cuando a la clienta se le informó de la cotización del día, que era de 61 euros por cada gramo. El valor de la pieza fue calificado como de “muy buen oro de 18 quilates” y su peso rondaba los 218,28. De ahí la grata sorpresa de la cifra económica fijada: 13.316 euros. Como aseguró la chica, “una gran sorpresa” ya que no “me esperaba” que tuviese un valor tan elevado.
