No ha llegado el verano todavía y las altas temperaturas ya están haciendo estragos en muchos lugares de España. Con el calor, hay determinados momentos que suelen ser incómodos, como por ejemplo entrar al coche si lo hemos dejado durante mucho tiempo aparcado al sol. Por ello, muchos conductores suelen tirar de parasoles, que evitan que cuando accedamos al interior del vehículo nos sintamos como en una sauna prácticamente.
Y es que usarlo o no puede marcar una diferencia de 20 grados. Pero ojo, no todos los parasoles son legales. Hay uno que puede conllevar multa, de acuerdo a la Dirección General de Tráfico (DGT). Se trata de un modelo que en los últimos años se ha puesto de moda, un tipo de cortina que se pega con ventosa en el lateral del parabrisas y cuenta con una carcasa para ser recogido lateralmente.
Los parasoles se hacen obligatorios
Si has aparcado el vehículo en el exterior, no en un parking cubierto, es obligado poner un parasol para no tener que pasarlo mal cuando tengas que volver a entrar en el coche. Y es que se pueden superar los 60 grados en el interior. Por no recordar que cuando pones la mano en el volante o en la marcha, ambas zonas están ardiendo. El parasol evita pasar por este trance, al menos lo reduce de forma considerable.
Los parasoles más habituales son aquellos de aluminio en formato acordeón, los de toda la vida, que cuando no son necesarios acaban en cualquier zona del coche pero siempre a mano, sobre todo en verano. Se despliegan de forma horizontal y nos permiten tapar todo el parabrisas, generando sombra en el interior. Los que son más funcionales son los que están fabricados en un material similar al aluminio, que reflejan el solo al hacer efecto espejo.
En los últimos años, han aparecido otro tipo de cortinas que se apegan con ventosas al parabrisas y cuentan con una carcasa que permite que sean recogidos lateralmente. Esto hace que siempre puedan ir puestos en el parabrisas, sin necesidad de quitarlos cuando ya no son necesarios.
La visión del conductor
Estos últimos parasoles, los que han aparecido en los últimos años, son bastante cómodos ya que no es necesario llevarlos de un lado a otro del coche cuando no los estamos utilizando. Pero no todo es positivo, pues este tipo de parasoles afecta a la visión del conductor ya que tanto la carcasa como las ventosas de fijación pueden quedar en la línea de visión de la persona que está al volante.
Tal y como queda recogido en el artículo 18 del Reglamento General de Circulación de la DGT, “cualquier elemento que afecte negativamente a la correcta visión del conductor puede ser objeto de sanción” por parte de los agentes de tráfico. Así, quedará a criterio del agente sancionar o no en función de la valoración que se haga respecto a cómo puede afectar a la conducción el bastidor que queda fijado en el parabrisas y las ventosas.
Las viseras parasol, otro motivo de sanción
Los agentes de Tráfico están siempre pendientes de todas las acciones que realizan los conductores y que pueden ser motivo de sanción, desde las más evidentes a aquellas que son desconocidas por gran parte de la sociedad. Por ejemplo, aprovechar un semáforo para maquillarse en la visera parasol o el retrovisor. Ambas son sancionables y con un coste de 200 euros, además de la pérdida de dos puntos del carnet de conducir.
Otras acciones, desconocidas por muchos, por las que un conductor puede ser multado son las siguientes:
- Uso indebido del claxon, 80 euros.
- Circular por el carril izquierdo o central si el derecho está libre, 200 euros.
- Discutir al volante, morderse las uñas o besar al copiloto, 80 euros.
- Reparar el coche en la calle, entre 30 y 3.000 euros.