La ciudad de Vigo, como muchas otras de España y el resto de Europa, impondrá una tasa turística a todas aquellas personas que la visiten y pernocten en los establecimientos registrados y viviendas de uso turístico, así como los que formen parte de cruceros. Lo hará por persona y noche y abonarán entre 1 y 2,5 euros en función del tipo de alojamiento, un máximo de cinco noches según consta en la normativa autonómica.
El anuncio fue realizado por el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que aseguró que la medida persigue recaudar dinero para corregir el impacto de los foráneos sobre los servicios básicos, las infraestructuras, los espacios públicos y los recursos naturales. Caballero comentó que “es bueno que se contribuya a la ciudad”, que espera que salga adelante la ordenanza en la que se establecerán las cuantías.
Hay que destacar que el marco autonómico señala que el impuesto estará gestionado al 100% por los municipios que lo decida, así como que el 80% de los ingresos tendrán que ir destinados al fomento y desarrollo del turismo sostenible, fijado como claves la mejora de infraestructuras turísticas municipales o el refuerzo de los servicios a los visitantes, entre otras cuestiones.
Caballero comentó que “la recaudación no será significativa en relación a los presupuestos de la ciudad, pero creo que es bueno, desde el ámbito turístico, que haya una aportación a las arcas municipales para ser reutilizada en el bienestar de la ciudad”. Preguntado por un posible efector disuasor, lo rechazó de forma rotunda: “¿A alguien que paga 100 euros por un hotel le va a preocupar pagar 1,5 euros? No”.
Tampoco cree que el turismo tenga un impacto negativo en Vigo y aseguró que la idea fue del sector turístico, “me la plantearon ellos, lo cual habla mucho a su favor. Es su deseso de que el conjunto de la ciudad se beneficie de forma directa e indirecta, también a través de inversiones que hagamos desde el Ayuntamiento. El turismo es una fuente de recursos muy importante”.
Sin problemas con el turismo en Vigo
Daniele Provezza, presidente de AHOSVI (Asociación de Hostelería de Vigo), comentó que habrá “un retorno para que sea sostenible el turismo en la ciudad y se ayude al mantenimiento de las instalaciones, limpieza y demás servicios que utilizan los turistas”. Provezza añadió que “no hay ningún problema ahora mismo” con el turismo, pero alerto de que “si sigue creciendo en este sentido, sí que habrá que establecer partidas, y los ingresos por esta tienen que revertir en ese mantenimiento”. Un ejemplo que puso fue el uso intensivo de playas en las temporadas de altas temperaturas: “Hay picos puntuales de visitantes, pero hay que ir asentando las bases para regular todo ese engranaje”.
Un ingreso extra importante
El alcalde de Vigo no quiso hablar de la cantidad que podría recibir el Concello a través de esta tasa, pero se puede estimar a falta de conocer las cifras que se aplicarán en cada caso, para las cuales el gobierno gallego fijo máximos. Considerando las incluidas en la normativa autonómica y teniendo en cuenta los alojamientos turísticos registrados en la web de la Xunta en estos momentos y sus niveles de ocupación, así como la previsión de cruceristas, el Ayuntamiento podría recibir al año más de 3 millones de euros.
En la comunidad gallega, Santiago de Compostela pondrá en marcha la tasa en el mes de octubre y A Coruña lo hará pasada la temporada alta de verano, aunque aparca el impuesto a los cruceristas hasta 2026. En la urbe herculina, la Autoridad Portuaria se opuso a la medida porque la cifra no la abonarían los viajeros y sí las navieras, lo que podría restar competitividad al puerto.