“Sufrir para soñar”
El Rayo Vallecano venció 2-3 al Real Oviedo en el primer partido de la Liga 1|2|3, gracias a los goles de Amaya, Embarba y Aguirre. Los de Míchel tuvieron que remontar el gol local de Saúl Berjón para sumar los tres primeros puntos del campeonato. Recortaría distancias nuevamente Berjón para los asturianos a falta de menos de 20 minutos para el final.
De menos a más
Comenzaba el partido el Rayo Vallecano vistiendo la clásica elástica roja con la franja blanca, luciendo en el pecho el añorado escudo ADRV, el deseado, el que toda la afición quiere recuperar. Con esas siglas por bandera se blandieron el cobre los pupilos vallecanos en Oviedo, en un partido que nacía preso de incertidumbre, entre dos equipos que arrancaban la temporada con ilusión y con presión por lo que pueda deparar la nueva campaña.
Entre lo más destacado del primer 11 de Míchel destaca la presencia del argentino Trejo, que en la punta de lanza del equipo volvió a vestir la franja para comandar a su equipo en tierra astur. Por detrás suyo, la presencia de Unai López era la otra novedad, junto al guardameta Alberto García.
Tras unos primeros minutos del típico tanteo, el conjunto asturiano tiró la primera piedra. Un saque de banda, a priori sin peligro en zona de tres cuartos de campo, daría con el primer gol del partido. Saúl Berjón aprovecharía un mal despeje de la zaga visitante para adelantar al Oviedo con un potente disparo que botó justo a la altura de Alberto García, quien no andó fino para poder atajar el esférico. Primer contratiempo de la temporada para el Rayo, cuando el crono marcaba el minuto 11 de partido. Un gol muy parecido al que encajó el equipo franjirrojo la pasada campaña también en Oviedo.
Pero este Rayo tiene otro espíritu, y sobre todo, un capitán, Amaya. El gol de los astures fue rápidamente contrarrestado por el número 4 franjirrojo. Una falta sacada desde el flanco izquierdo, fue cabeceada al fondo de las mallas por el canterano, quien ente el hombro y la cabeza perforaba la meta rival cuatro minutos después del tanto local. Tablas en el marcador y el partido que volvía a nacer, con un Rayo que tomaba aire tras el primer punch carbayón.
Poco a poco, la franja fue calibrando, Trashorras fue tomando el control del partido, Álex Moreno tomaba proyección por su banda y Trejo dejó algún destello de la calidad que atesora. Por su parte, el Oviedo, que arrancó con mucha fuerza y presión, desaflojó el pie del acelerador para ver como el Rayo crecía conforme avanzaban los minutos. Los de Míchel se sentían cómodos sobre el césped y así llegó el 1-2 en el minuto 40. Jugada por la banda izquierda con Santi, cuyo centro era rematado con el pecho, a boca de gol, por Embarba. Los de vallecas remontaban el partido para irse con ventaja al descanso.
El nuevo Rayo
La segunda mitad comenzaba con mucha tensión. El partido ganó en intensidad y tanto Antonio Amaya como Roberto Trashorras vieron la cartulina amarilla. Los ovetenses subieron una marcha para buscar el empate y el Rayo contragolpeaba en busca del gol de la tranquilidad.
Imprecisiones en los pases, en los controles, en los remates. Jugadas al borde de lo deportivamente correcto y mucha intensidad. Ambos equipos se pusieron el mono de trabajo en busca de los tres primeros puntos del campeonato.
En eso estuvieron más listos los pupilos de Míchel. Con Unai manejando el centro del campo, el equipo rayista anotó su tercer gol en el minuto 58. Un centro desde la derecha que parecía perderse, fue rescatado de manera sublime por el mago, Trejo, quien con un sutil toque dejaba el balón en bandeja para que Aguirre fusilase a puerta vacía anotando el 1-3.
Semipresente en todo el partido, pero destilando detalles de genio, Trejo comandó la victoria del Rayo Vallecano en la punta. Que el Rayo tenga a este futbolista es tremendo. No anotó gol, pero es un lujo para Vallecas poder contemplar el fútbol que destilan las botas del argentino. Un futbolista top para un Rayo Vallecano que planteó un partido serio, de campeón, con grandes dosis de intensidad y buen fútbol.
Pero no se puede bajar los brazos en ningún momento. Corría el minuto 73 cuando un pase en profundidad era aprovechado por Saúl Berjón para establecer el 2-3 en el marcador, cuando mejor estaba sobre el césped el Rayo. Desde entonces, los astures buscarían con ahínco el gol del empate. Este pudo llegar un minuto después con un penalti que señaló el colegiado, pero que finalmente no fue lanzado porque el línea había decretado fuera de juego previo.
Respiraba el Rayo, pero el Oviedo acosaba, un remate al largero, presión sobre la zaga local, ansiedad en todas sus líneas en busca del empate. Y entre tanto, Cordero Vega, el árbitro del encuentro, no paraba de amonestar con cartulinas amarillas a los franjirrojos. Tocaría sufrir en los últimos minutos.
El próximo partido será el sábado en Vallecas ante el Numancia.
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