El Rayo Vallecano recibía al Valencia en partido correspondiente a la jornada 30 de Liga en Primera División. La tarde comenzaba con la noticia de que se habían vendido todas las entradas para el partido, y el “no hay billetes” se colgó en las taquillas del Estadio. El fondo volvía a recuperar su aliento con presencia de elementos de animación y el equipo arrancó el encuentro con ganas de lograr la primera victoria de este 2022. Todo el escenario era propicio para ello, para romper el gafe y recuperar el aliento ante este Valencia de Bordalás.
El Rayo arrancó con fuerza, por momentos en los primeros minutos de partido, parecían llegar flashazos del Rayo de la primera vuelta. Un ritmo alto, presión arriba, robo de balón pero sin profundidad y con apenas ocasiones de gol. Por su parte, el Valencia poco a poco iba desesperezándose y plantando cara al buen comienzo franjirrojo, aunque ni Hugo Duro ni Guedes ni Carlos Soler parecían inquietar la meta de Dimitrievski. El Rayo resistía bien armado atrás mientras la presión en ataque era la tónica dominante de la primera mitad.
La primera ocasión clara llegó en el minuto 26. Un libre directo lanzado por Isi se estrellaba en la barrera, el equipo reclamaba mano, pero el rechace caía de nuevo en el siete franjirrojo que golpeaba raso con violencia un balón que repelía con una gran estirada Mamardashvili, que evitaba el primero de los locales. Apretaba el Rayo, apretaba la grada y rugía Vallecas: “A las armas”. Los tres puntos tenían que quedarse en casa.
La primera parte transcurría y el Valencia iba templando el empuje inicial franjirrojo, pausando el ritmo del partido. El encuentro se volvía más trabado y con menos juego conforme avanzaban los minutos inexorablemente hasta el 45. No ocurrió nada reseñable en esta recta final del primer tiempo y el Rayo dejaba todo para la segunda mitad.
Tras el descanso, el partido volvió con un Rayo decidido a llevarse la victoria, imperioso en ataque, arrinconando al Valencia y dominando el juego, con un explosivo Álvaro García por banda y buenas triangulaciones de Trejo y Unai López, que rindieron a buen nivel en el centro del campo resguardados por el siempre titánico Óscar Valentín, que volvió a ejercer de equilibrio del equipo. En defensa, Catena y Maras cumplían y no tenían excesivos problemas para proteger la meta de Dimitrievski, que apenas tuvo que intervenir. Con todo ello, parecía que lo único que faltaba era el chispazo, el destello, la genialidad que desequilibrase la balanza.
Pero sin embargo llegó el mazazo. Cuando mejor estaba jugando el Rayo, en una contra aislada del cuadro ché llegaba el gol visitante. Corría el minuto 57 cuando un disparo de Carlos Soler golpeaba en Catena y sorprendía por alto a Dimitrievski, que no pudo impedir que el balón se alojase al fondo de las mayas y poner el 0-1. El jarro de agua fría fue sustancia para un equipo y una grada que ansiaban salir de la crisis de resultados.
Pathé Ciss marcaba en fuera de juego en el minuto 63, y el Rayo metía una marcha más. El partido estaba cuesta arriba y la tensión comenzaba a hacerse más latente en Vallecas. El Rayo apretaba y llegaban los mejores minutos de asedio a la meta de Mamardashvili. La más clara volvió a ser de Isi, cuyo zurdazo desde la frontal lo repelió el meta georgiano. El empuje tenía que dar su fruto y así fue. Un golazo de Sergi Guardiola ponía las tablas en el marcador en el minuto 83. El Rayo merecía más, quería más y a nadie la cabía duda de que iba a ir a por la victoria. Esos últimos compases de partido fueron un acoso constante franjirrojo que no encontró el premio del segundo gol. El equipo se queda a seis puntos del descenso.
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