‘Santi Comesaña, de héroe a villano’
Ida de olla, cortocircuito, sin sentido… tiene muchos nombres. Todos ellos válidos. Santi Comesaña había marcado el tanto de la victoria. Iba camino de ser el héroe, pero decidió convertirse en villano. Patada por detrás con la plancha por delante y roja directa. A partir de ese instante, el Rayo Vallecano se vio avasallado y suerte que se pudo salvar un empate (2-2) frente al Tenerife en un Heliodoro siempre difícil y donde los de Michel cuajaron un gran partido.
Chori quiere más
Por fin. El momento que muchos estaban esperando era una realidad. El Chori Domínguez ponía su calidad al servicio de la franja, como siempre, pero esta vez desde el once inicial. Y es que las circunstancias obligaban a ello: Raúl de Tomás lesionado y Óscar Trejo sancionado no habían viajado a Tenerife y Embarba, único miembro presente de la ETT, tomaba la responsabilidad en el Heliodoro Rodríguez López.
Siete minutos necesitó el Chori para aprovechar la oportunidad que le había brindado Míchel. Robo de balón del argentino al borde del área y gol de los rayistas, obra de Diego Aguirre tras un buen pase de Embarba. Tercera diana del toledano y séptima asistencia del 11 franjirrojo en lo que va de temporada.
Desde el inicio, el Rayo estaba jugando con el Tenerife como si de un juguete se tratase y buscaba agrandar la herida. Tan solo tres tantos habían encajado los isleños en casa en lo que va de liga y no habían sido capaces de aguantar ni 10 minutos con su portería a cero. Sin embargo, verse por detrás pareció espolear a los locales, que pudieron empatar en un remate de Aveldaño que acabó estrellándose en el larguero.
Suspenso a balón parado
Los pupilos de Martí comenzaron a hacerse con el control del balón y los franjirrojos confiaban sus jugadas de ataque a robar y salir a la contra. Eso sí, cuando lo hacían era con peligro. Mientras tanto, Alberto salvaba a los suyos hasta en dos ocasiones con sendas espectaculares paradas. Especialmente buena fue la mano que sacó tras un cabezazo de Víctor Casadesús a bocajarro.
Con 0-1 se iban los vallecanos al descanso tras una muy buena primera parte en la que la asignatura pendiente, sin duda, había sido la defensa en los balones parados. El Tenerife creaba peligro en prácticamente todos los córners y faltas laterales mientras la zaga rayista no lograba ubicarse. Unos errores que vienen siendo la tónica habitual en lo que va de Liga.
Ya en la segunda parte, cinco minutos aguantaron por delante los de Michel. Centro de Tayron y remate de Longo a un metro de Alberto, que nada pudo hacer para evitar el gol. Enrabietados, los franjirrojos dieron un paso al frente y volvieron a ponerse por delante tras una jugada espectacular que finalizó con el pase de la muerte de Aguirre a Santi Comesaña, que solo tuvo que empujar el cuero. PARTIDAZO.
A Santi se le va la olla
El choque era precioso para el espectador, sobre todo para el neutral. Alternativas para ambos equipos, poco control y ocasiones para todos. Michel, sin embargo, pedía pausa y calma a los suyos. Y cuando el espectáculo estaba por doquier, Santi Comesaña decidía dejar a sus compañeros con diez con una entrada muy dura por detrás a Aitor Sanz. Cruce de cables y roja directa clara. El gallego había pasado de meter el 1-2 a autoexpulsarse en una jugada sin peligro en la zona de creación del Tenerife y que le podía costar muy cara a los visitantes.
Desde ese momento, el encuentro se convirtió en un asedio constante. Los franjirrojos despejaban balones como podían y los de Martí bombardeaban el área rival sin descanso. Y tanto insistió el Tenerife… era cuestión de tiempo. En una jugada embarullada, Longo enganchó un buen cabezazo y anotó el empate.
Con este 2-2, los de Michel se colocan con 25 puntos y ponen la mirada en el próximo compromiso en casa frente a otro de los cocos de la competición: el Granada.
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