El Rayo Vallecano – Osasuna no es un simple partido. Es una hermandad entre aficiones, un encuentro importante en las aspiraciones de los dos conjuntos a final de temporada, la vuelta de Catena a Vallecas y también un día de ‘morbo’ para Íñigo Pérez.
El entrenador rayista, que está viviendo su primera etapa en los banquillos se mide al ‘club de su vida’. Iñigo Pérez terminó su carrera de jugador en El Sadar. Jugó en Osasuna desde la temporada 18/19 a la 21/22, año en el que decidió poner fin a su carrera como futbolista.
Esta vez estará en el otro ‘bando’ y será la primera vez que se enfrente a si exequipo en los banquillos. Lo hará contra Joseba Arrasate, técnico que apenas hace unas temporadas le entrenaba como jugador.
En la rueda de prensa previa al encuentro, el técnico rojillo no dudo en elogiar a Íñigo por su trayectoria y su trabajo en el Rayo Vallecano: “Tengo ganas de estar con él y saludarme y ver cómo le va. He visto estos 7 partidos de Iñigo desde la distancia. Tengo ganas ya no solo de ganarle sino poder ganarle y a partir de ahí ya habrá tiempo para estar con él”.
“No me ha sorprendido. Un jugador que ya pensaba como entrenador. Con muchas inquietudes. Sus últimos años se preparada para esto. Y un jugador muy influyente para mí como entrenador también. Estuve siete años con él. Un jugador que te hace pensar, que tienes dialogos con él y te hacen mejorar. Cuando te cuestionas cosas también mejoras, ha sido un jugador influyente en eso. Lo que veis. Un equipo con tres porterías a cero y un equipo muy equilibrado. En ataque ya quiere hacer sus cosas. El otro día con el Getafe ya se vieron cosas con un ataque dinámico. Querrá darle continuidad a eso. Me alegro porque era un paso importante para él. Le veo cómodo. A ver que me cuenta mañana. Contento por él” añadió.
No hay duda de que es un día de emociones. Tanto por la vuelta de caras conocidas como por una ‘final’ clave para el Rayo Vallecano.