Quinta victoria consecutiva para el Juvenil de Ángel Dongil, y segunda goleada consecutiva en casa. Con un doblete de Aguirre, un gol de Castro para quitarse la espina tras su gol en propia, y otro del goleador del juvenil, Cano, que ya suma 6 goles en los 9 partidos que ha disputado, el Rayo suma 21 puntos que le mantienen en la tercera posición de la tabla.
Castro y Miguel Morro compensaron sus errores
Tanto el central como el portero, no tuvieron suerte en los goles que el Rayo recibió en contra. En el minuto 19 fue Castro el que al devolverle el balón a Miguel tras un saque de puerta, auto-marcase el gol que ponía las tablas de nuevo en el marcador. Tan solo cuatro minutos después, en su subida a un córner, Castro cabeceó solo para poner el 2-1 en el marcador.
Por parte de Miguel, en el minuto 80 al controlar un balón previsiblemente fácil con los pies, vio como el balón le hacía un extraño, posiblemente por el terreno húmedo, que se convertiría en el segundo gol recibido en este partido. Tuvo oportunidad de compensar ese fallo, cuando tan solo dos minutos antes de que el partido acabase, hiciese un paradón para salvar al equipo de un tercer gol.
Las bandas asustan.
La posesión por el centro del juvenil gusta, pero cuando el Rayo ataca por las bandas, es cuando las defensas rivales más sufren. Eso se debe a las internadas de Merencio, en la que una de ellas, tras su caída en el área le dejó en bandeja el primer gol a Cano. Por la otra banda, el miedo en la defensa lo provoca Aguirre, que esta vez finalizó el partido con un doblete. Parte de ese juego ofensivo por las bandas también es mérito de los laterales, que no dejan de subir buscando centros al área, o filtrando pases para los atacantes.