El partido del pasado fin de semana frente al Cádiz fue el encuentro número cincuenta de Míchel desde que se sentó en el banquillo rayista. Cincuenta partidos repartidos entre dos temporadas distintas y en las cuales se encontró con tesituras muy dispares en el mando del Rayo Vallecano.
Balance
Desde que Míchel cogió las riendas del equipo en febrero de 2017, el balance es muy positivo. 22 victorias, 17 empates y 11 derrotas. Números especialmente favorables en los que abundan los partidos ganados. Estos datos son el reflejo del buen trabajo del técnico madrileño, ya que desde que aterrizó en Vallecas ha convertido al RayoVallecano en un equipo victorioso y ha puesto al equipo a la altura de las expectativas deseadas.
Primera temporada
El equipo se encontraba inmerso en una situación complicada. Coqueteando con los puestos de descenso, sin estabilidad deportiva y con cambio de entrenador por partida doble. Pero todo esto cambió cuando Míchel se puso al mando. Desde ese momento, reactivó a una plantilla sin confianza, incrementó el nivel dentro del verde y consiguió alejarse de la parte baja de la tabla y consolidarse en la mitad de la clasificación. Cosechó un total de 7 victorias, 4 empates y 5 derrotas. En definitiva, Míchel ‘dio un aire nuevo’ al cuadro franjirrojo y evitó un posible descenso que hubiera sido realmente doloroso para todo Vallecas.
Segunda temporada
La situación en su segunda temporada fue totalmente distinta. En esta ocasión Míchel tuvo toda una pretemporada para planificar la campaña y elaborar una plantilla que hiciera estar al club rayista en lo más alto de la tabla; y la temporada está siendo espléndida hasta el momento. En puestos de ascenso directo y con la sensación de ser un equipo compacto y con las ideas de juego muy claras.
En esta temporada el balance es extraordinario. 15 victorias, 13 empates y 6 derrotas (una en Copa). Un bagaje muy positivo que hace de este Rayo Vallecano sea uno de los equipos más temibles de toda la Liga123.