Este Rayo Vallecano es adictivo, hipnótico. Cuando terminan la mayor parte de sus partidos pienso lo mismo que J.D.Sallinger con los libros que disfrutaba. Tras leer la última página desearías ser amigo de su autor y poder llamarlo cuando quisieras para hablar de aquello. ¡Qué equipo!
La contracrónica del Rayo vs Real Madrid
El Rayo Vallecano empató a cero con el Real Madrid en Vallecas y fruto de ello sumó en punto en su casillero que sabe a poco por el desempeño y a mucho por la categoría del rival, un conjunto que en el último lustro siempre ha mutado en banda tras cruzar el puente de Vallecas.
Xabi Alonso debió pensar en lo cómodo que estaba en Leverkusen e Iñigo Pérez en lo difícil que debe ser lidiar con la “hoguera de las vanidades”.
Se podía esperar un Rayo cansado tras el enorme esfuerzo del jueves ante el Lech Poznan y un Madrid deseoso de curar sus heridas de Anfield pero solo vimos un equipo solidario en la cancha y otro pleno de dudas para el que la visita a Vallecas es la obligada revisión del dentista.
Si como equipo la franja es indudablemente un colectivo superior al Real, lo de ayer jugador por jugador no tuvo color. El tópico dice que cualquier jugador gusta de enfrentar al club blanco pero lo de Ratiu es inexplicable. Debe valer hoy en Transfermarkt diez millones más que ayer. Lo de Chavarría también es muy fuerte. Se le puede considerar un Cucurella con el pelo corto. Mendy aportó contundencia y Lejeune jerarquía, colocación, inteligencia. Los dirigió Batalla con su aplomo habitual y un golpeo de balón majestuoso.
Como en Anfield, los zagueros no caminaron solos. Los puñales De Frutos y Álvaro García fueron soldados y Pacha Espino a su entrada por el lesionado Pedro Díaz un gladiador más en la cobertura del costado izquierdo local. Los incansables Pathé Ciss, Unai López y Pedro (lástima de rodilla) Díaz convirtieron el dibujo planeado por Íñigo Pérez en realidad. Allá donde fueras de medio de la cancha para atrás siempre veías un jugador más del Rayo en la foto. Por cierto Isi también estuvo y no se dejó nada en el intento.
A cambio, el Real solo presentaba talento en el campo y una formación en 4-2-3-1 sospechosa . Alguien escribió que en este equipo los cuatro son los que corren mucho, los dos los que lo hacen bastante, los tres poquito y el uno, nada. Ante un equipo que no negocia un esfuerzo como el Rayo eso es muy poco.
La prudencia y el respeto de unos y la desidia de otros los mandaron a vestuarios sin goles en el marcador .
La segunda parte, con idéntico resultado final fue otra cosa. El técnico rayista felicitó a los suyos en el entretiempo por su coraje y nobleza y los animó a ser más valientes. Ratiu se rió para sus adentros pensando en esa llegada que solo Courtois pudo detener en el primer tiempo y se vino arriba sabiendo que el rey del trashtalking no le hizo ni un rasguño a pesar de su amarilla. El 7 se tuvo que ir al medio para amenazar a Batalla que sacó su intento a quemarropa. Todos debieron reír al recordar que Asencio tuvo la mejor ocasión de los visitantes.
Hasta que las fuerzas flaquearon en los locales ,estos desafiaron a la lógica y convirtieron el partido en un duelo de transiciones. De Frutos al primer palo estuvo a puntito de marcar. Mbappe le hizo mil amagos a Chavarría que no picó. Guller lo intentó desde lejos. Rodrygo salió para desbordar pero fue vencido por su pereza. Valverde golpeó duró y Batalla repelió la agresión de ese puñetero balón. Oscar Valentín, Fran Pérez, Gumbau y Alemao dieron oxígeno al equipo que, agotado, siguió cerrando atrás e intentó salir. Prueba de ello es que salvo Fran, los otros tres probaron su puntería cara a gol.
La salida con todo de Lejeune para taponar el disparo de Alexander-Arnold y su festejo fueron el éxtasis final de la grada.
El Rayo pudo ganar pero le faltó, en palabras de su técnico, finura. El Madrid lo intentó pero le faltó orden, garra y acierto. El Rayo corrió más, creyó más, tuvo más interés y le faltó remate en un nuevo homenaje a un barrio honesto, honrado, obrero y solidario que se vio reflejado en todo momento en la cancha.
Orgullo de barrio. Orgullo de Rayo.