Hoy, 20 de marzo, se ha cumplido un año desde que el Rayo Vallecano anunciara de forma oficial la contratación de Paco Jémez como nuevo entrenador del conjunto franjirrojo.
El club dio a conocer esta decisión tan solo un día después de que Míchel se despidiera entre lágrimas de la entidad rayista ante los medios de comunicación. La mala dinámica de siete derrotas consecutivas provocaron la destitución del canterano vallecano, y a su vez, la llegada de Jémez, que firmaría por una temporada y media.
El entrenador canario aterrizó en Vallecas con la difícil tarea de mantener al equipo en Primera División, que por aquel entonces se encontraba penúltimo y a seis puntos de la salvación. La imagen y los resultados mejoraron. Incluso llegaron a ganar al Real Madrid veinte y dos años después. Sin embargo, no fue suficiente y el Rayo acabó descendiendo a falta de dos jornadas.
El equipo estaba en Segunda División, pero Jémez seguía al frente. Lo que el técnico no sabía era la cantidad de problemas deportivos y extradeportivos que iba a encontrarse a lo largo de la presente campaña. En primer lugar, una crisis social dentro del rayismo provocada por el descontento de la afición con la gestión del presidente, lo cual se trasformó en una huelga de animación que dejó un Estadio de Vallecas frío y desangelado.
Después se sumaron las lesiones de gravedad de jugadores importantes como las de Velázquez, Bebé o Alberto. Con estas bajas, el equipo quedó corto de efectivos. Sobre todo en el extremo. Al tratarse de lesión grave, el club podía fichar sin necesidad de esperar al mercado invernal, por lo que Jémez pidió constantemente el refuerzo de un extremo. No obstante, no llegó hasta enero. Es decir, dos meses después.
Llegaron más problemas extradeportivos como la suspensión de la segunda parte del Rayo – Albacete, un mercado de invierno convulso o el caso Advíncula. A todo esto hay que añadir la inexistente relación entre Jémez y el presidente Raúl Martín Presa. El propio entrenador admitió públicamente llevar dos meses sin hablar con el máximo dirigente rayista.
Todo ello supusieron trabas importantes en el objetivo del club por retornar a la máxima categoría del fútbol español. Aún así, el Rayo llegó a sumar tres meses sin perder y se mantiene en la lucha por entrar en los puestos de play off.
Así ha sido el camino de Paco Jémez a lo largo de los 365 días que lleva al frente del cuadro franjirrojo, donde ha disputado un total de 44 partidos oficiales en los que ha sacado 11 victorias, 21 empates y 12 derrotas.