Muchos de los usuarios de ordenador apagan el dispositivo una vez ponen fin a la jornada de trabajo, entre otros motivos para ahorrar energía y permitir que descanse de la manera correcta. Lo habitual, al día siguiente, es que se quiera empezar la sesión con rapidez y es lo que suelo ocurrir. Pero muchos no saben por qué ocurre esto y qué significa. Es debido a que la mayoría tienen actividad la opción Inicio rápido, que no es un apagado total. Aunque tiene ciertas ventajas, también genera problemas ya que puede que algunas tareas no funcionen de la manera correcta y que no se instalen ciertas actualizaciones.
¿En qué consiste el inicio rápido?
La mayoría de los ordenadores que trabaja con el sistema operativo Windows, sobre todo los de la versión 8 y posteriores, tienen la opción de Inicio rápido, que modificó las opciones de apagado, suspendiendo por defecto el estado de hibernación y sustituyéndolo el apagado total por el Inicio rápido.
Esta opción es un estado que deja el ordenador como si estuviera en hibernación y es un proceso que escribe datos en el disco duro del ordenador cada vez que se paga, para recuperarlos al encenderlo y que el inicio sea un poco más rápido de esta manera.
Se trata de un sistema que, en general, puede ser más cómodo y útil en la mayoría de los casos, pero también puede generar algún problema.
Algunos problemas que aparecen
Cuando al ordenador le pasa algo, se nota que algo va mal, lo habitual es apagar y volver a encender. Pero esto puede que no sea suficiente para solucionar el problema, ya que el ordenador no se apaga realmente y se vuelve a poner en funcionamiento con los datos del disco duro por no haberse apagado totalmente. De esta forma, el problema continua.
Lo que habría que hacer es reiniciarlo, apagarlo y volver a encenderlo. Si el problema persiste conviene una revisión a fondo.
¿Cómo se desactiva la opción de Inicio rápido?
Cada uno sabe cómo tiene organizado su propio ordenador y las características y funciones que más le interesan. Aunque el Inicio rápido que viene activado por defecto también se apaga, aunque es cierto que esta opción hay que saber buscarla. A continuación veremos la forma de proceder, aunque puede ser que existe alguna variación dependiendo del sistema operativo, que debe ser posterior al Windows 8.
El proceso se inicia desde el Panel de Control y no desde Configuración o Ajustes de Sistema. El modo más sencillo de llegar a dicha ventana es el buscador interno, en el que hay que escribir únicamente Panel de Control. Después, entre las diversas opciones que aparecerán habrá que elegir la que dice Sistemas y seguridad. Una vez que está abierta la nueva ventana, se debe buscar Opciones de energía y debajo de la misma se pueden leer varios subapartados. Hay que hacer clic en el que dice Cambiar las acciones de los botones de inicio/apagado.
Se abrirá una nueva pantalla en la que se podrá ver un botón de Encender/Apagar el ordenador y otro de Suspensión del ordenador. Debajo de ellos hay un segundo apartado más discreto que dice Configuración de apagado, que es donde se ve que el Inicio rápido está activado. Para poder pinchar sobre la misma y desactivarla es necesario primero pulsar sobre la pestaña Cambiar la configuración actualmente no disponible que aparece más arriba. Para que todo salga de la manera correcta hay que tener la sesión abierta con los permisos del administrador, de lo contrario no podrá realizarse.
Ahora, cuando se apague el ordenador, si se cerrará completamente y aunque tarde unos segundos más en ponerse en marcha se podrán evitar fallos que pueden ser constantes durante la sesión.